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Escoge retrato

02/06/2024
 Actualizado a 02/06/2024
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Parece que en los medios de comunicación cada vez se retransmiten o publican menos imágenes truculentas, supongo que siguiendo una aplicación más estricta del código deontológico del fotoperiodismo. Sobre lo que dudo que ese mismo código se pronuncie es sobre el criterio que se ha de seguir a la hora de seleccionar los retratos que acompañan las noticias de actualidad política o las entrevistas de cargos electos, facilitando con la laguna ética la utilización descarada de las imágenes por parte de los medios para lanzar su posición partidista. ¿Cómo? Escogiendo de los maléficos oponentes de sus protegidos fotos en las que parecen remalos o recortos de entendederas. O apostando por las instantáneas de rostros de apariencia resacosa con los ojos rojos, por las reminiscentes de dejadez con las faldas de la camisa malmetidas o de holgazanería abriendo la boca en bostezo de oso sin parapeto manual. O llegando incluso a resaltar la mala fe de aquellos enfocando sobre su mirada aviesa dirigida contra alguien de otra cuerda. 

Todo esto me hace gracia y me da rabia a la vez. Me sucede un poco lo que me pasa cuando escucho a Jiménez Losantos poner motes a los protagonistas de la agenda y cebarse cruelmente con las partes de su físico menos aceptadas por el canon de belleza (como si él mismo tuviese algún complejo insalvable). Los periódicos se defenderán diciendo que ellos no manipulan las fotografías (como sí que hacen otras publicaciones del pelaje de la Cuore, la cual, siempre según mi madre, manipula las fotos de las celebridades para generar morbo y lectores). Que ellos publican lo que ha salido tras darle al disparador (claro, tantas veces como sea necesario para tener una imagen suficientemente resultona para sus intenciones).

Y luego está la cuestión de publicar la estampa de los amiguetes. En ese momento los diarios introducen tendencias fotográficas y hacen guiños artísticos consiguiendo idealizar al sujeto retratado cargándolo de aires divinos. Hacen una entrevista en primera y ponen una foto que parece una sección de un cuadro de Klimt. Parece que luchan por que sus retratos sean dignos de que los publique La Fábrica o Taschen. O que acaben en una National Portrait Gallery que se saque alguien de la manga. Sería útil saber si en estos casos la imagen la escogen los periodistas responsables de la noticia, su redactor jefe o quizá el director del periódico directamente escriba un mail al poderoso de turno con cuatro fotos adjuntas y le diga servi-cia-l «escoge retrato». 

 

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