Ese sujeto pérfido y mafiosete le montó a Zelensky una añagaza con argumentos más propios de uno de esos habituales berzas fanáticos de F1. Desvergonzados y canallas, los Trumps se han propuesto patear a Ucrania para que su jefe moscovita consiga el objetivo, y por ende, el suyo propio. Hasta uno de esos muñecajos que revolotea por su esfera, reprendió al presidente ucranio por su atuendo; los de gorras ‘made in china’ que se descosen a la semana, los adoradores de camisolas Musk.
Todo son recriminaciones al invadido, y diplomacia vasalla con el invasor. No está pagado. O sí. Mucho españolito de parloteo anda detrás del gorila pelirrojo sin criterio, coherencia ni vergüenza. Cabe preguntarse la reacción de Trump si alguno de sus vecinos pusiera un pie en Texas , o si a Mohamed se le da por Ceuta, Melilla y Al-Ándalus. Muro en nuestras fronteras, pero al ruso denle medio territorio de un país soberano.
Reino Unido ha aprovechado la ocasión para hacer lo que Starmer quería; volver a Europa. El aislamiento genera pobreza, pisar esas tierras hoy por hoy es comprobar la decadencia de un poderoso inmolado con el Brexit. El nuevo premier se ha puesto al frente, desplazando al metomentodo Macron, para desde la posición privilegiada y de fascinación que suele dar EEUU a todo lo inglés, otear el horizonte y presionar.
Y hablando de cosas inglesas, los coches de colores, a los que para sentirnos más técnicos llamamos Fórmula 1, van volviendo a nuestras vidas. Se desplegaron con test, continúan con las especulaciones y aterrizarán a mediados de mes. Lo que faltaba para coronar la actualidad: Trump, Putin, Europa, oriente medio, sanchidad, su corrupción y sus socios; ahora esos petardos que basan su felicidad en la salida de un safety car y las eternas esperanzas en Alonso.
Prepárense, estamos de vuelta para normalizar este mundo caótico. No hay nada más predecible que nuestro comportamiento. Todo cambia cada 24 horas, pues nosotros volvemos para lo habitual: quejarnos, indignarnos y creernos el centro de una conspiración. Ustedes son primerizos, les llevamos años de ventaja.