Javier Callado 2025

La eurorregión necesaria y su obstáculo

29/08/2024
 Actualizado a 29/08/2024
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En el periodo democrático la mayor parte de España se articuló en torno a sus entes autonómicos en primera instancia. Posteriormente, esas nuevas administraciones tejieron pactos para configurar áreas de aglomeración mayores, al servicio del desarrollo económico: los ejes. Fue esa dinámica la que permitió fijar población y crecer de forma destacada al conjunto del país.

En ese lapso de tiempo hubo anomalías territoriales que no han permitido superar la primera fase de articulación autonómica. La más deforme, como se comprobó a largo plazo, fue Castilla y León. Se trató de una invención forzada, por causas nunca explícitas, contra el sentido común y la voluntad expresa de los ciudadanos de León. Al no completarse la articulación autonómica de este área, el declive económico se transmitió a los espacios periféricos de la zona afectada: León.

La Xunta de Galicia gestiona un espacio desequilibrado en lo económico, cuestión que se traduce en el poblamiento. Las provincias de Lugo y Orense, que juntas deberían suponer casi la mitad de la población gallega, reúnen solo un 23 %. Además, el 77 % que habita Pontevedra y A Coruña se aglomera en la línea costera entre Ferrol y Vigo y su interior inmediato. En conclusión, la creación de actividad industrial en Lugo y Orense ha quebrado, ya que este desequilibrio ha ido a más con el paso de los años. 

La creación de más actividades empresariales en Lugo y Orense pasa por el desarrollo de corredores de importancia económica que los atraviesen, atando las zonas más pobladas. Para lograrlo se tendrían que valer del efecto tractor de Ponferrada y León, que es donde van a parar las únicas salidas interiores de Galicia con cierta aglomeración y concatenación de villas y ciudades. Sin embargo, la provincia de León atraviesa una profunda crisis y carece de capacidad tractora. Esto se fundamenta en la mala administración autonómica, principal gestor público.

La subsanación del problema pasa por la creación de una Autonomía Leonesa, que cumpliría los dos requisitos necesarios: recibir todos los fondos que fija la Ley Orgánica de Financiación Autonómica y priorizar las inversiones en los intereses de León. Sobre esta base, el nexo económico entre León, Lugo y Orense sería cuestión de poco tiempo. 

La actual eurorregión Galicia-Norte de Portugal, de funcionalidad limitada, pasaría a ser Galicia-Norte de Portugal-León-Asturias, mucho más significativa y dentro de la lógica territorial, de la que ahora se resiente en alguna medida. Para León, Asturias, Galicia y Tras os Montes es su espacio natural, un área de la que obtener abundantes beneficios mediante la colaboración.

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