Los ‘goyescos’ no pudieron elegir, optaron por mejor película ex aequo, que es lo que hacían algunos de esos premios de pacotilla que preceden a los Oscar. Acto denigrado actualmente, con buen criterio; si te autoimpones el trabajo de discriminar para escoger la más reseñable, y no lo haces, tu propia existencia carece de sentido. En la mayoría de las ocasiones se le da a la errónea, que más dará otra vez.
Lo más revelador de ese congreso del cine español fue el tinte a terapia colectiva, los aires de soldados de una causa y puño en alto ya denotan poca originalidad. Por ello entre tanta sombra y tabarra, el discurso de María Luisa Gutiérrez y las caras atónitas posteriores, fue demasiado demostrativo de esas gentes. Es que mejor cara tenía Gallardo saliendo de las cortes, como aliviado, eso que dejaba su supuesta e ineludible causa política.
Ya es coincidencia que también se diera el congreso de los jinetes del apocalipsis europeo, esos que se consideran patriotas pero adulan a Trump. Curiosa será la explicación a sus numerosos votantes agricultores, quemados por la regulación europea, cuando su endiosado ponga unos aranceles que los dejen tiritando. A ellos y a todos. Pobre Fúster esta semana. Luego está lo de mitificar a Orban, como hacen algunos universitarios con Stalin o Lenin. Falta la pancarta de barandilla.
Gallardo se larga por desavenencias, desenfocar a los nuevos reyes, o lo de los procuradores díscolos, pero si algo ha quedado patente es el vuelco por el dinero húngaro. Ni se atreven a hablar de la invasión rusa. El césar pertenece ya al grupúsculo liderado por ese ‘jesucristo superstar’ falangista que se autoerige como caballero de una cruzada ficticia, Jorge Buxadé. Que seguramente fue el que trajo la pasta.
El que se mueve no sale en la foto decía Guerra, pero son los que se van moviendo los que fulminan a sus respectivos subordinados. Qué era Gallardo sino un oportunista ansioso de sillón, seguidor hasta los tuétanos de esa corriente. Son anti todo lo que se menea pero a la par el partido político más partido político, ex aequo con el sanchista.