15/06/2024
 Actualizado a 15/06/2024
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Siempre nos quedará París,
susurraba Bogart,
y uno imaginaba
las piedras de Rue Galande,
los mascarones de Pont Neuf,
la disidencia sólida y liviana
de los sueños de Eiffel.
Incluso a Delon,
caminando como un tigre
pálido y esbelto
en las pelis de Melville.
Lo que se insinúa ahora,
queridos,  
se parece más a una baguette 
colaboracionista
hecha con harina de alforfón.

 

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