Secundino Llorente

¿Fraude legal en la Selectividad?

11/04/2024
 Actualizado a 11/04/2024
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El día veintiuno de febrero, Olga Sanmartín, en el periódico ‘El Mundo’, dedica las páginas dos, tres, cuatro y cinco para informar y opinar sobre este titular: «Fraude en la Selectividad: cómo sacar un 10 en Historia estudiando menos de la mitad del temario. En cinco comunidades autónomas se dan tantas pistas de lo que cae que sus alumnos pueden lograr la máxima nota con lo mínimo». Esta noticia ‘pica’ la curiosidad de alumnos y padres. Todo arranca del anuncio de que en la selectividad 2023/2024 habrá que elegir entre ‘Historia de España o la Filosofía’. Fue el Ministerio de Educación el que ha informado en un comunicado de la nueva Selectividad para el curso 2023-2024. La nota de prensa, que se ha filtrado al diario El País y a la Cadena Ser antes de comunicárselo a las propias comunidades autónomas, señala que los alumnos podrán optar entre Historia de España o Historia de la Filosofía en la fase obligatoria de la prueba.

Este modelo es el que tuvimos del 2006 al 2013 con la LOE. Pero la Historia de la Filosofía desapareció con la LOMCE como materia troncal para todos los alumnos de Bachillerato y por tanto dejó de ser obligatoria en la EBAU. Esta materia ha vuelto a ser obligatoria con la LOMLOE para todos los alumnos, pero, para evitar que aumente el número de exámenes, el ministerio ha propuesto que los alumnos elijan si se examinan de Historia de España o de la Filosofía. Todo el alumnado de Castilla y León se examinará de forma obligatoria de Lengua Castellana y Literatura II, Lengua Extranjera II, la materia específica obligatoria de la modalidad escogida para la prueba; y, además, Historia de España o Historia de la Filosofía, a su elección. La raíz de todo el problema está precisamente en esa elección entre dos asignaturas: la historia Y la filosofía. Tratan de acaparar el mayor número de alumnos y para eso proponen los mejores alicientes y la máxima facilidad a cada una de esas asignaturas. Ya en el período anterior de la LOE existía este problema. Recuerdo que, aproximadamente en el año 2010, yo formaba parte de Comisión Organizadora de las Pruebas de Acceso a Estudios Universitarios (COPAEU) y llegó a un pleno la denuncia de los profesores de Filosofía quejándose del truco o la trampa que utilizaban los de Historia para camelar a los alumnos en el momento de su matrícula para la selectividad. Según los profesores de filosofía, había un acuerdo oculto o camuflado para elaborar los exámenes de historia colocando en la opción A sólo la primera mitad de los temas y en la opción B la segunda mitad, con lo que los alumnos, estudiando la mitad de los temas, garantizan la máxima nota en el examen.

Esto perjudicaba a los filósofos que se quedaban sin alumnos lo denunciaron a la COPAEU. Allí se acordó que esa trampa estaba prohibida y que, a partir de ese momento, podrían caer preguntas de todos los temas tanto en la opción A o en la opción B del examen de historia. De hecho, algunos no se enteraron o «se hicieron los sordos» de ese cambio y presentaron reclamaciones a las que no se hizo ningún caso. Ellos sólo habían estudiado la mitad del programa y, como previamente se había anunciado, cayeron preguntas de todo el programa. Ahora vuelve a ocurrir lo mismo: En primer lugar, ninguna comunidad quiere salirse de la optatividad del Covit, porque todas quieren seguir en lo más alto en su media de notas y ninguna autonomía quiere desinflar la actual burbuja de sobresalientes. Por esta razón, todas tratan de dar pistas y aclaraciones de cómo va a ser el examen de selectividad 2024. Sería justo que lo hicieran: o todas o ninguna. Las facilidades del COBIT siguen en el 2024 porque nadie quiere perjudicar a sus alumnos con un examen más duro. No hay ninguna comunidad ‘quijote’ que no continúe con las ventajas de la pandemia para no perjudicar solo a sus alumnos. En cuanto a la pelea entre la Historia y la Filosofía: Los de Historia se quejan de que no pueden competir con los filósofos porque estos, estudiando solamente cuatro autores, sacan la máxima nota, mientras que el programa de Historia es mucho más amplio. Ese es el motivo de que aparezcan los trucos por comunidades para rebajar la dificultad esta materia. En Murcia hay un PowerPoint colocado en la web de la universidad en el que se dan tantos detalles de lo que va a caer en el examen de Historia del próximo junio que se ha corrido la voz entre los alumnos.

El documento dice sin tapujos: «De la primera parte saldrá una de estas tres cuestiones» y da la opción a los alumnos para que se preparen lo que quieran de tal manera que tan solo estudiando la mitad del temario murciano pueden sacar un diez en la prueba. En Navarra se logra sobresaliente con ‘la transición’, ‘las fosas’ y ‘la violencia de estado’. Aquí se puede sacar la máxima nota estudiando solamente el 12% del temario. En Andalucía se puede llegar a un diez estudiando el 33% de los temas. En Cantabria y Aragón se garantiza el sobresaliente con el 42%. En Castilla y León para sacar la máxima nota el alumno tiene que estudiar al menos el 75%. El examen castellano y leonés consta de 12 preguntas, a elegir cinco, pero tienen que ser: o bien una de cada uno de los cinco apartados históricos en que está estructurado el temario o bien dos de un apartado histórico y las otras tres de apartados históricos diferentes. Eso significa que los alumnos podrían dejarse sin estudiar un apartado completo, por ejemplo, el siglo XIX. Parece mentira que haya que llegar esta picaresca para tratar de equilibrar la dificultad de los exámenes en las distintas comunidades, pero por ese sistema no vamos a ninguna parte.

Lo que está muy claro es que tenemos que llegar a un examen común en el que no haya diferencias entre ninguna de las autonomías porque el resultado final es una ‘nota de corte’ que después sí que vale para entrar en cualquier universidad de España.

 

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