26/10/2024
 Actualizado a 26/10/2024
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En esta ciudad de calles lisas
y vicios mesurados,
no sería insolencia 
fumar de nuevo.
Con discreción y elegancia,
eso sí,
a la manera flemática 
del poeta Campal.
Sin hostigar al prójimo,
en plazas recónditas
o bulevares sin trajín.
Por un prurito de imperfección,
o para espantar con el humo,
en tardes otoñales y soñolientas,
tanta barbarie,
tanto agravio,
tanta estupidez.
 

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