Imagen Juan María García Campal

‘Gagaísmo’ relativo y memorioso

05/07/2023
 Actualizado a 05/07/2023
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Me acerco lentamente, escrito a artículo semanal, a un nuevo cumpleaños como colaborante opinador en este periódico que da crónica, en especial, del devenir y ‘debe-ir’ diario de estos leones de nuestros afanes y desganas y, cómo no, de las institucionales desidias de acá, allá y acullá, y que, amén de la íntima celebración del privilegio que representa, también fija el momento de plantearse la función que mis opiniones desempeñan. Y aquí tarareo con Alaska y Dinarama «¿A quién le importa lo que yo haga? / ¿A quién le importa lo que yo diga?» y más cuando se ve, se palpa la relatividad de las personas y sus cosas y, así, si te gusta el arroz con leche, te meto un ladrillo por debajo de la puerta.

No crean que cito lo de la relatividad por nada concreto, no, que ejemplos sobran y me faltaría espacio hasta para un breve resumen o memorando, más, vista la amnesia reinante, con perdón. No, lo hago, porque recientemente vengo comprobando en mi propio cuerpo dicha relatividad y cómo si antes había, mejor, tenía semanas que me parecían eternas ahora me parecen de una brevedad alarmante. Como que a los tranquilos miércoles y jueves –días de amigables cafés y paseos– les sucediera el lunes; cual viernes, sábado y domingo hubiesen sido aspirados por algún agujero negro aun cuando uno es día rojo en todo calendario que se precie.

Ya no diré nada de la eternidad de un minuto en un termómetro digital. ¿Cómo, guaje enfermizo, habré llegado a tener juventud y madurez usando durante años aquellos viejos termómetros de mercurio con sus cinco minutos de espera y no te muevas?

Mas todas estas dudas y más con las que aburrirles no pretendo y callo, deben venir de mi adentramiento en lo que, en rebelde resistencia, he dado en llamar ‘gagaísmo’, ya que siento, que no lamento, cómo cada vez conjugo mejor el verbo chochear y, lo que es mejor, en ambas acepciones.

Y así, chocho y gagá, cómo no emocionarme hasta casi la lágrima con el vídeo promocional de Albertito, Alberto, Núñez, Alberto –¡coño, por fin!– Feijoó. Qué largas nomenclatura y amnesia las de la nomenklatura ‘popular’. Mire que olvidarse de las fotos de sus, de no tan joven, como mínimo, marítimos divertimentos, en plan pecho lobo, junto a su amigo, conocido o pasaba por allí –Ibiza, Canarias, Picos de Europa y Cascais (Portugal)– Marcial Dorado, ‘el narco discreto’. Mas nada, ¡amnesia!, para qué valorar una o más imágenes por palabras que, se dice, valen cuando ya hicieron cero del valor de la palabra. ¡Ah relatividad!

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!
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