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Gaudeamus igitur

05/10/2024
 Actualizado a 05/10/2024
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Seguro que reconocen estas palabras latinas con las que comienza el himno que resuena en el paraninfo de muchas universidades del mundo, sobre todo en las europeas, herencia alemana en cuyas facultades se lleva cantando desde mediados del siglo XVIII: «Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus. Post iucundam iuventutem, post molestam senectutem, nos habebit humus». «Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes. Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra». 

Y a propósito de tierra que recibe difuntos, pongamos que hablamos de una tierra enferma de promesas muertas y proyectos en estado vegetativo a la que han insuflado un hálito de vida. Esta semana por fin se daba de alta la vieja reivindicación de la Universidad de León para lograr el grado de Medicina que comenzará a echar a andar en el curso 2026-2027. Un día histórico este 2 de octubre en el que por fin se lograba una aspiración por la que llevamos decenas de años suspirando. Reivindicación más que razonable en un contexto de necesidad de profesionales sanitarios en servicios como Oncología, como ha quedado patente recientemente en el Hospital del Bierzo y teniendo en cuenta la existencia en nuestra ciudad del Caule (Complejo Asistencial Universitario de León).

Creíamos que una vez más, nuestros anhelos se quedarían en meras quimeras, y que el tiempo, aunque todo lo cura, dejaría otra herida más abierta por una aspiración frustrada, supurando. ¡Pero esta vez ha sido distinto! 

Dicen que para sanar, nada mejor que trabajadores de la salud, amén de preparados, vocacionados, accesibles, cercanos y humanitarios. Cualquiera quiere encontrarse un médico así, porque no hay mayor vulnerabilidad para un ser humano que sentirse totalmente en las manos de otro. Como leemos en un poema de Salinas: «Se puede dejar a un ser entero en unas manos». Manos que curan, acogen y edifican. Y manos humildes que también saben reconocer sus límites frente a las personas en situaciones de debilidad, finitud y muerte. Y a este respecto reflexiona el filósofo José María Esquirol, asegurando que tales situaciones «no se superan: se afrontan».

Y con ilusión, afrontamos esta buena noticia de que la Universidad Legionense será nido de futuros médicos, que ojalá hagan de su actividad una garantía de protección a la salud, lucha frente a la incursión de elementos patógenos y cura de heridas y desequilibrios de los pacientes amén de cuidado del propio enfermo y de las fuerzas que deben sostenerle en la esperanza.

Gaudeamus igitur.

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