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La hipotenusa del cartabón calibrado

15/09/2024
 Actualizado a 15/09/2024
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Los que somos del sistema métrico decimal antiguo las estamos pasando canutas para entender las nuevas medidas. Ya nos resultaba raro que se pudiera medir la luz, en vatios, como para entender la que se nos está viniendo encima. Se nos queda la misma cara que cuando vino a León el pedaneo de las castillas y los leones —Mañueco le dicen (imagino que será un mote)— a inaugurar una supercomputadora que calcula más deprisa que Pepín el de la tienda y dijo sin estornudar que tenía un enchufe con una potencia de 7000 Teraflops. 

- ¿Cómo?
- Yo creo que quiso decir tetraceros. Eso ya sería otra cosa. La verdad es que a Mañueco (imagino que será un mote) le perdimos algo la fe desde que vino a inaugurar una granja de terneros ahí pa los pueblos de mi abuelo, Toral de los Guzmanes y Algadefe, y por salir más cercano en los retratos cogió paja del suelo, de la de mullir, y se la quiso dar a un ternero de cuatro días, de los que solo beben leche, y no cualquier leche, la de su madre, que es vaca, que no toda la leche viene de Continente.

El caso es que al dueño de las vacas le sujetaban entre cuatro porque se iba al presidente al ver que la ternera se le añusgaba y nadie hacía nada por evitar lo más peor.

Por suerte el ternero razonó más que el presidente y no la comió. Dicen que dijo, «déjala pal segundo plato, que voy a seguir con la leche».

Vuelvo al suco, que me esnorté y aro otra vez por lo del sistema métrico decimal, que nos lo enseñaban en la escuela con una precisión de una barra de platino iridiado que se conserva en París, de la Francia.

Pues allí el maestro elogiaba mucho a los carpinteros y su exactitud en las medidas porque, aseguraba, «las toman con un cartabón calibrado que por un lado forma escuadra hipotenusa y por el otro mide los cristales milimétricamente», con lo que el milímetro se convirtió en la máxima precisión posible en las medidas matemáticas.

Pues ahora resulta que ya no es el metro, ni siquiera el kilómetro, el otro día nos regaló su sabiduría el ingeniero de la carretera y cuando le preguntamos ‘exastamente’ cuántos kilómetros hay desde el pueblo hasta Ordoño II dijo: 
- Hay exactamente nueve rotondas. 
«Querría decir retondas», pensamos todos.

 

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