18/06/2024
 Actualizado a 18/06/2024
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En 1975 Viktor Frankl escribió ‘El hombre doliente’. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia, colección de lecciones, ensayos, conferencias, artículos y discursos del propio autor. Y comienza con el ensayo ‘El hombre en busca de sentido’, del que quiero detenerme, porque me parece interesante para abordar el porqué del desencanto que percibo en tanta gente.

Lo más profundo del hombre no es el deseo de poder ni el deseo de placer sino el deseo de sentido. El hombre aspira a encontrar y realizar un sentido y a encontrarse con otro ser humano en forma de un tú. Ambas cosas ofrecen al hombre un fundamento para la felicidad y el placer. 

Esta época de frustración existencial sobre todo afecta a los jóvenes. ¿Cuáles son las causas de este vacío? La pérdida del instinto y de tradición. Cuando no sabemos qué queremos, nos sentimos tentados a querer lo que los demás hacen (conformismo) o a hacer lo que los demás quieren (totalitarismo). Pero además del totalitarismo y del conformismo, hay otra secuela del vacío existencial: el neuroticismo. Neurosis noógenas (20 %) que más que una enfermedad psíquica, es una pobreza espiritual y que no pocas veces es consecuencia de un sentimiento radical de falta de sentido. 

El sentido no se puede otorgar, se encuentra. Y se encuentra, no se crea: sería un sentido subjetivo, una mera impresión de sentido o un absurdo. No solo es necesario encontrar sentido, también es posible. Y es la conciencia moral la que guía al hombre en esta búsqueda pues es un órgano de sentido: la facultad de intuir el sentido único y peculiar que late en cada situación. 

En una época en que los diez mandamientos han perdido para muchos su vigencia, el hombre debe capacitarse para percibir los 10.000 mandamientos incluidos en las 10.000 situaciones con las que confronta su vida: así recuperará el sentido de su vida y se inmunizará contra el conformismo y el totalitarismo. ¡De diez a diez mil… vaya lío!

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