Imagen Juan María García Campal

Hoy, ajenado y osado escribo

14/06/2023
 Actualizado a 14/06/2023
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Días hay en que, quizás por el intenso y falsario ruido político, acaso por sus sospechosos silencios conjurados, me levanto ajeno a su mundo y por más intentos que haga, por más que lea o escuche y vea, me resulta muy difícil regresar a él. Más, cuando uno asiste a las manipulaciones del lenguaje con intención de hacer presa por parte de algunos periodistas asalariados –como mínimo, de la Conferencia Episcopal Española– no solo en el entrevistado (José Luis Rodríguez Zapatero), sino en el ausente presidente (legítimo) del gobierno de España.

Conste que aclaro lo de España porque así, con su (paciencia) cuádruple grafía, seguro que, al menos hoy, gano algún lector entre los patriotas de abanderada pulsera, pin, boli, lazo o lo que sea de menester y mucha ¡España, España! en su verbo y, de paso –todo sea por la salud censal–, contribuyo a bajarles las calorías del café, que no a amargárselo; que para amargura y riesgo insalubre ya bastante tenemos con el consejero de Agricultura y Ganadería, el voxista Gerardo Dueñas, y su «quizá se ha llevado muy al extremo la salud pública». ¡Y tanto!, a muchos cada vez les queda más lejos su Consultorio médico o Centro de salud.

Sí, créanme, días hay en que me levanto ajeno al mundo y, además, como este martes 13 de junio se evoca especialmente, por cumplirse el centenario de su nacimiento, a don Antonio Pereira, maestro de prosas y poesías, desde que encendí el ordenador y contemplé la representación del folio en blanco, toda pulsación del teclado, hasta en la barra espaciadora, me parece una osadía vergonzante por parte de este «incurable aprendiz de escribidor» metido a opinador u opinante semanal en este diario y crónica de León por generosidades de la vida que no siempre a entender llego.

Así que, ahora, lo que en verdad me mueve es llegar presto a los dos mil quinientos caracteres recomendados o asignados y que normalmente excedo en treintena y pico pero sin pala. Más, cuando a unas cuantas amistades, tanto efectivos y afectivos como virtuales, les ha dado por enviarme noticia o recordatorio, universalizando el argentinismo, de que hoy es el día del escritor. Y no digo yo que no esté bien celebrar el aniversario del nacimiento de don Leopoldo Lugones, pero mucho mejor seguir a la Unesco que desde 1995 ha establecido el 23 de abril, como fecha simbólica para rendir homenaje a los libros y a los autores.

¡Ah ¡por fin!, los dos mil quinientos caracteres, despedida habitual incluida.

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!
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