En Castilla y León, hoy, día 12 de septiembre comienzan las clases de Educación Secundaria Obligatoria, de Bachillerato en régimen ordinario y nocturno, los Ciclos formativos de formación profesional del sistema educativo y el Segundo curso de grado superior de las enseñanzas profesionales de artes plásticas y diseño. Las clases de Infantil y Primaria comenzaron la semana pasada, el seis de septiembre. Había una polémica sindical con el calendario escolar ya que, según ellos: «La administración no da respuesta a las alegaciones presentadas por las organizaciones sindicales e impone un calendario escolar regido por criterios religiosos y no pedagógicos». Pero dejemos aparte las polémicas sindicales.
Hoy en León estrenamos un nuevo curso escolar, que siempre supone un reto para alumnos, padres y profesores. Se ha acabado el periodo de vacaciones y las rutinas veraniegas. Cambian los horarios y los hábitos. Este cambio necesita una buena preparación para todos. La vuelta al cole ya está aquí de nuevo. Ha finalizado el mes de agosto en el que toda España se relaja y descansa. Ha sido un verano espectacular: Los hoteles a retaque. Las playas a tope. Los pueblos, desiertos en invierno, en verano están llenos de vida. Era periodo de vacaciones. En el mundo de la educación también. Los institutos y colegios estaban cerrados y se abrieron el uno de septiembre y se preparan para la avalancha.
Para los alumnos, que vienen mal acostumbrados del verano a horarios, móvil, etc. el inicio de curso es un verdadero reto y necesita un periodo de adaptación. Han sido tres meses de relajo y tienen que acomodarse y habituarse a muchas novedades. Además, deben hacerlo pronto para no perder demasiado tiempo al principio. Es la vuelta a la rutina del curso y necesitan la puesta a punto de todo lo imprescindible para arrancar con buen pie. Nuevos profesores, nuevas materias, nuevas aulas, nuevos horarios, nuevos compañeros. Son dos semanas intensas de preparación. Con la ayuda de los padres tienen que equiparse para el curso con material escolar y libros de texto. También deberán organizar las actividades de tarde: algún deporte, clases de inglés o música en el conservatorio. Con esta terrible inflación la vuelta al cole en muchas familias será difícil, pero la experiencia me ha demostrado que los padres se quedan sin comer para que sus hijos lo tengan todo.
Hoy es un día muy importante. Los alumnos llegan a los centros con cara de preocupados y ansiosos por saber quiénes serán sus compañeros de clase. Es primordial para los alumnos compartir el grupo con sus amigos. También tienen curiosidad por conocer a su tutor y a los profesores de cada asignatura. Es muy difícil. Yo diría que es imposible que todos estén conformes con lo que les ha tocado en suerte. Y ahí empieza la guerra para cambiar lo que no les gusta. El equipo directivo del centro pretende el máximo equilibrio posible y el reparto igualitario por clase de los alumnos con problemas de conducta y de repetidores. Han dedicado miles de horas para que todo quede niquelado, pero cuando los alumnos conocen a sus nuevos compañeros, a su tutor y a sus profesores, se acumulan las protestas. Lo malo es que aquí suelen apoyar los padres. El conflicto es serio porque, si se aceptan todas las solicitudes, se desajustarán los grupos y las consecuencias pueden ser graves e irremediables. Pero si no se acepta ningún cambio podemos correr el riesgo de depresión o acoso. En mi opinión esa decisión del equipo directivo es muy importante. Es fundamental ajustar bien los grupos y encajar convenientemente a cada alumno en su aula.
Para los profesores el nuevo curso también supone un desafío. Nuevos alumnos, nuevas asignaturas y cursos, nuevos horarios. Todo se pacta y se aprueba en la sesión del claustro de comienzo de curso. Posiblemente la reunión más importante del año. Allí se presenta a los nuevos compañeros, se marcan las pautas para el curso y se pactan los criterios del horario. Para la buena marcha del nuevo curso el claustro es fundamental. Se aprueban los planes y proyectos de mejora, se distribuyen las tutorías, se asegura el control del centro por medio de las guardias de clases o de patios. Tengo muy clara una idea: La diferencia de horarios es el origen de la mayoría de los conflictos a lo largo del curso. Es fundamental la habilidad y buen tino del equipo directivo para lograr un reparto lo más equilibrado posible. Si se ajustan bien las piezas al principio, el curso irá sobre ruedas, de lo contrario todo serán conflictos y quebraderos de cabeza. En el último punto del orden del día los equipos directivos asignan a cada departamento su trabajo para que se lo repartan en sus seminarios. De la armonía de los profesores del departamento en esa reunión va a depender su convivencia a lo largo del curso. Si existen diferencias significativas, si no hay acuerdo entre todos y es necesario ir a una «rueda», la guerra está asegurada. No os aconsejo una «rueda» en la que perderéis todos. ¡Feliz nuevo curso 2024-2025!