Dice el refrán popular: «Después de los años mil, las aguas van por donde solían ir». El dilema sobre el tipo de jornada escolar partida o continuada no es nuevo y siempre ha tenido sus defensores y detractores. Hasta el final del siglo XX todos los colegios públicos y privados, en la enseñanza Primaria y Secundaria, tenían jornada partida de mañana y tarde. Hemos sido testigos de esta transición. Poco a poco se fue introduciendo la jornada continua. Los profesores luchamos mucho para conseguirlo y ahora todos pensábamos que ya estaba tan apuntalado y consolidado que jamás se volvería atrás en esta decisión. La noticia nos sorprendió a todos. Fue el jueves, 12 de septiembre, en el Debate sobre el Estado de la Región de la Comunidad de Madrid, cuando su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, volvió a hurgar en el avispero y nos despertó de ese sueño, especialmente a los profesores. Según la presidenta Ayuso, a partir del curso 2025/26, todos los nuevos colegios públicos de Educación Infantil y Primaria de Madrid, que también incluirán 1º y 2º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), contarán con jornada partida de manera obligatoria. Los alumnos no pasarán al instituto hasta los 14 años, en 3º de la ESO. Esto sólo será en los centros de nueva construcción, los llamados Ceipso de los que ya hay diez en funcionamiento en la comunidad. Lo que pretende el Gobierno madrileño es establecer un horario escolar de mañana y tarde en las etapas de Infantil, Primaria y los dos primeros cursos de Secundaria. Ayuso da las razones que justifican esta medida: Tratar de reducir el abandono escolar, en línea con el documento que publicó hace un año la OCDE en el que nos animaban a fomentar la jornada partida con el argumento de que pasar más tiempo en el colegio «permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje». Otras razones son: mejorar el rendimiento académico, fomentar el descanso adecuado de los alumnos y promover hábitos alimenticios saludables. También se intenta reducir problemáticas sociales como la soledad infantil, las adicciones y la influencia de bandas juveniles y las drogas. La presidenta pretende facilitar la conciliación entre la vida familiar y laboral y que los alumnos pasen más tiempo en un entorno seguro y supervisado. Este plan se completa con otras medidas como que en el resto de los colegios de Madrid, que ya están abiertos, se tratará de ir extendiendo este horario partido. Los colegios públicos que ahora tienen jornada partida ya no puedan cambiar a un horario continuado. Ayuso quiere la vuelta a lo tradicional para revertir la tendencia de fracaso escolar y por eso hace hincapié en volver al papel y a la escritura a mano. Los alumnos deberán «hacer dictados, reflexionar, memorizar, aprender a comprender lo que leen, a estar concentrados y a coger bien el bolígrafo». En la educación Infantil no se podrá emplear el uso de ningún tipo de dispositivo electrónico para ahondar en el aprendizaje de materias tan básicas como la escritura, lectura y matemáticas. Los Ceipso que ya imparten los cuatro cursos de la ESO y tienen jornada continua, ofrecerán nuevas actividades extracurriculares para que los alumnos que carezcan de alternativas por las tardes puedan permanecer más tiempo en el colegio, especialmente aquellos con mayores dificultades. Por último, Díaz Ayuso ha anunciado el estreno ya este curso 2024/25 del programa Colegios Compartidos, que va a permitir a los alumnos de colegios e institutos públicos acudir a centros distintos al que están matriculados para participar en actividades artísticas o deportivas fuera del horario escolar, como gimnasia, teatro, ajedrez, música, fútbol o baloncesto.
Ventajas de la jornada partida: Nos lo pide la OCDE porque reduce el abandono escolar. Favorece la conciliación familiar. Comerán en el colegio, donde se suelen servir menús equilibrados y saludables. Podrán asistir a actividades extraescolares que se celebren allí. Reduce la desigualdad, la escuela pública se acerca un poco a los beneficios de la privada.
Desventajas de la jornada partida: Los alumnos pasan demasiado tiempo en el entorno escolar. Volver a la jornada partida traerá problemas a la organización de los colegios al pasar de 6 a 8 cursos.
¿Qué dicen los padres? Apoyo total de las asociaciones de padres, entre ellas la Fapa Francisco Giner de los Ríos, que agrupa a un millar de asociaciones y que siempre ha estado a la izquierda en política. «Apoyamos las políticas que prioricen el interés del menor, la calidad educativa y la conciliación familiar», ha dicho en un comunicado.
¿Qué dicen los profesores? Los sindicatos de profesores han expresado su total desacuerdo con la medida, calificándola como una provocación a movilizaciones por parte del sector educativo.
No sé lo que dirían las encuestas sobre este tema, pero sólo hay que mirar los horarios de colegios privados para darse cuenta de que, los que pueden elegir, porque lo pagan, prefieren la jornada partida.