León Propone es una asociación creada con el fin de concretar propuestas para el desarrollo de León y llevarlas ante las instituciones para que puedan ser evaluadas e incluidas en los programas públicos y también privados. Pilotada esta acción por un equipo liderado por un técnico en administración pública, los primeros logros ya llegaron. La adopción por organismos europeos de recomendaciones trasladas por León Propone, o la aceptación de sugerencias para los programas de desarrollo de la raya fronteriza hispano-portuguesa se encuentran ya en su haber.
En este momento León Propone realiza un ciclo de mesas redondas, abiertas al público, para analizar la situación socieconómica de León y las alternativas de futuro bajo varios enfoques: el primero desde el periodístico, con cinco participantes. El segundo, ayer, con seis empresarios. Los días 11 y 12 de febrero tratarán la nueva Facultad de Medicina, con cinco gestores sanitarios, y la visión de los jóvenes, con seis contertulios. Todos los encuentros se celebran en el Palacio de los Condes de Luna, un lugar céntrico que demuestra la voluntad de participación y apertura a todos.
La idea de estas charlas parece muy acertada, en tanto es necesario crear cauces para que los agentes sociales se manifiesten con el mínimo grado de mediatización por la presencia de los políticos y los organismos oficiales. Es necesario hablar de lo que nos pasa como sociedad leonesa, de poner en común pareceres y posibles oportunidades para sacar a esta colectividad de la profunda depresión que sufre. Todos sabemos que en el declive de León hay un agente protagonista principal: la Junta de Castilla y León, que detrae cada año centenares de millones de euros de fondos de financiación autonómica de León, y que posterga las decisiones políticas acordes con los intereses económicos de la Región Leonesa –sea cual sea la configuración que a ésta se le quiera dar–.
Sin embargo, es malo quedarse en esa fatalidad. Si bien es un desvarío el aserto que escuché a algún empresario de que «hay que preocuparse de las empresas para sacar a León de su declive», puesto que ninguna actividad empresarial puede suplir una sustracción anual de más de 800 millones de euros ni la invisibilización consciente de León, no es menos cierto que intentar activar en lo que se pueda la actividad privada e ir evidenciando las necesidades de León en otras administraciones es relevante para contener en alguna medida este desplome. En resumen, la Autonomía Leonesa es imprescindible para darle la vuelta a la trayectoria descendente de la socieconomía leonesa, pero algo hay que hacer mientras se alcanza.