14/04/2024
 Actualizado a 14/04/2024
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Falta un año para la Semana Mayor de 2025. Justo doce meses. Tal día como hoy, 14 de abril, será Lunes Santo. El 27 siguiente, domingo, los papones de León –más bien una pequeña representación de ellos, que es lo habitual– se trasladarán de nuevo a la Basílica de la Virgen del Camino, para agradecer a la patrona de la Región Leonesa «los frutos espirituales recibidos» durante las jornadas pasionales. Es el programa que prevé la Junta Mayor, si antes sus responsables no toman otra decisión. Que, por lógica, debería tomarse, si es que es verdad que la coronación de la Virgen del Mercado el pasado mes de octubre, tanto ha calado en las cofradías. O eso se quiso manifestar por parte de los de las varas y otros atributos. Se debe concluir, en fin, que la Morenica, con todas las bendiciones, es la patrona ‘popular’ de la ciudad –en realidad siempre lo fue– y ello debería suponer el suficiente acicate para que la eucaristía papona, llamada de acción de gracias, se celebrara en el templo mariano de la calle Herreros. Además, y en una expresión vulgarizada y no por ello menos práctica, estaría más a mano.

Un dato imprescindible y una fuerza de peso incontestable es que las dieciséis cofradías y hermandades penitenciales erigidas en la actualidad –ya hay quien ‘amenaza’ con la creación de la diecisiete– están radicadas en el término municipal de León. La advocación que se venera y custodian los herederos de Santo Domingo, se manifiesta en el cercano de Valverde de la Virgen. Y ya no es lo mismo. María la del Mercado –y de ahí llamada la Antigua– apareció en el año 560 en lo que se conoce como Plaza del Grano. La del Camino en 1505, casi un milenio después, en donde se levanta la ermita del Humilladero, próxima a la Basílica blanca. Para la época, una distancia considerable entre una y otra. 

La conclusión es que los papones leoneses, pudiendo ‘jugar’ en casa lo hagan fuera de sus límites territoriales porque, quizá, ‘vista’ más el santuario que diseñó el arquitecto y fraile dominico Francisco Coello de Portugal allá por 1954, que la vieja iglesia del Mercado, con una antigüedad datada en el siglo XI. Por razones obvias, entre ambos templos no hay parangón posible. Ni lo habrá. Uno rezuma recogimiento e historia por cada poro de sus desgastadas piedras, mientras que el otro se afecta de un modernismo bien entendido, pero carente de la pátina que otorga el tiempo y su intrahistoria adosada.

No sobra denunciar al respecto que es una de las asignaturas pendientes de la Junta Mayor, como lo es, también, la consecución del nuevo paso de La Borriquilla, algo, esto último, que se viene arrastrando de forma incomprensible desde el año 2008. Un asunto sobre el que –lo quieran o no– deberán pronunciarse y dar explicaciones. 

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