Estamos en la segunda quincena del mes de octubre. Por estas fechas, en los centros educativos de secundaria, ya sean colegios o institutos, se está realizando la campaña electoral dentro de cada clase para elegir a un delegado y un subdelegado. Reconozco que al principio yo no valoraba suficientemente este momento. Pero estoy plenamente convencido de que es fundamental planificar y orientar adecuadamente el proceso de elección de estos delegados por la importancia que van a tener después a lo largo del curso. Este va a ser la figura principal del grupo que se encarga de comunicarse con el profesor y mantener informada a la clase de todas las actividades y de todo lo que ocurre en el centro educativo.
Nosotros solíamos recomendar a los tutores que no celebrasen las elecciones hasta después de un mes del comienzo de curso para que tuvieran tiempo de conocerse y para que ellos se dieran cuenta de quienes eran los mejores y los más apropiados para representarles, porque, si lo hacían el primer día de clase, siempre solía salir el más atrevido o simpático de la clase, que no solía ser el mejor. El tutor debe ‘trabajar’ bien esa elección ya que, a la larga, él mismo va a ser el beneficiado de ese trabajo, junto con todo el grupo. Es muy interesante la votación del delegado. He visto excelentes campañas electorales, con discursos muy meditados y convincentes. Esto es educar en democracia. Se vive con emoción el recuento de papeletas. Las felicitaciones tras la proclamación de los resultados y el acta correspondiente. Los elegidos van a representar a los alumnos de su clase y serán los intermediarios entre sus compañeros y otros miembros de la comunidad educativa: personal de dirección, docente y no docente, y padres de alumnos. Repito, realmente este es un momento muy importante y una buena formación en libertad y tolerancia. Es verdad que solíamos presionar a los tutores, en su primera reunión de cada curso, para que dieran mucha importancia a la elección de delegados. Les rogábamos que animasen a presentarse a los mejores de cada clase, los más preparados y cameladores, los más estimados y queridos del grupo y que, además, fueran los líderes con capacidad para representar a todos sus compañeros. Era necesario esperar un poco hasta que se consolidase el grupo porque, de lo contrario, la primera semana son los repetidores los que llevan la voz cantante.
Esos alumnos más votados en sus clases son los que van a formar parte de la Junta de delegados. Este es un órgano muy importante de participación del alumnado en la organización escolar. En esa Junta de delegados estarán también los representantes en el consejo Escolar. La constitución de esta Junta se suele realizar en la primera semana de noviembre y ahí eligen a un presidente normalmente de los cursos más altos y a un secretario que toma nota de lo que se comenta en cada reunión y levanta un acta. Suele elegirse también a un representante de cada curso. En los centros educativos, ellos contarán con un espacio en el que puedan reunirse y tendrán todos los medios necesarios para su funcionamiento. La normativa les encarga una serie de funciones: a) Elevar al equipo directivo propuestas para la elaboración del proyecto educativo del instituto y la programación general anual. b) Informar a los representantes de los alumnos en el consejo escolar de los problemas de cada grupo o curso. c) Recibir información de los representantes de los alumnos en dicho consejo sobre los temas tratados en el mismo, y de las confederaciones, federaciones estudiantiles y organizaciones juveniles legalmente constituidas. d) Elaborar informes para el consejo escolar a iniciativa propia o a petición de éste. e) Elaborar propuestas de modificación del reglamento de régimen interior, dentro del ámbito de su competencia. f) Informar a los estudiantes de las actividades de dicha junta. g) Formular propuestas de criterios para la elaboración de los horarios de actividades docentes y extraescolares. h) Debatir los asuntos que vaya a tratar el consejo escolar en el ámbito de su competencia y elevar propuestas de resolución a sus representantes en el mismo.
Estoy convencido de que los lectores estarán asustados de las numerosas funciones que la normativa atribuye a esta Junta de delegados. Pues para mí todavía falta por nombrar otras muchas, y posiblemente las más importantes, en temas como planificar los exámenes o establecer y programar actividades culturales, recreativas o deportivas en el centro.
Y dejo para el final lo que yo considero su rol más importante: «Evitar que nadie sufra por acoso escolar de un compañero, ya que el delegado se dará cuenta rápidamente, se lo comunicará al tutor y, en cinco minutos, el problema estará resuelto». «El acoso se alimenta de silencios y finaliza en el momento que el director lo conoce».
Os ruego a los delegados elegidos estos días que lo ‘deis todo’ en vuestra tarea de representantes y líderes del grupo porque esto redundará en felicidad para vuestros compañeros y os dará experiencia para vuestro futuro.