Karla, hay más imágenes para ti

05/02/2025
 Actualizado a 05/02/2025
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Si hay algo que comparten los ‘milenials’ y la generación ‘Z’ es su tolerancia a la decepción. Personas a las que les contaron que la historia de la variopinta familia Serrano fue todo un sueño o que tuvieron que lidiar con el final de ‘Perdidos’ están más que preparadas para el desencanto. Ni que decir tiene con los que han pasado por una crisis económica mundial o la toma de consciencia de que una hipoteca será un objetivo prácticamente irrealizable. ¡Ay, con estos! Con estos sí que no hay frustración que valga.

Sin embargo, cuando parece que los hombros de los treintañeros ya no pueden con más peso, cuando la generación que tiene que lidiar con la gran distancia que separa la expectativa de la realidad, de lo que pudo ser y probablemente nunca sea, ya no puede más, llegan las expectativas con los que estaban a punto de ser referentes y desde luego ya no llegarán a asomarse a serlo. Pero eso pasa por pensar que la gente es como se espera que sea y que los seres humanos solo tenemos una cara, y no que estamos compuestos por cientos de millones de aristas. Ni que esto fuera la primera temporada de ‘La isla de las tentaciones’.

Sucedió con algún que otro líder político que hizo cierta la afirmación que con sorna cantaban las chicas de Ley Mostaza–«Ni machismo ni feminismo, Maluma»– del que mucha gente ya estaba en sobreaviso, pero mucha otra añadió una decepción más a la lista. Y también ha pasado con una actriz española ganadora de premios y nominada a los Oscar a la que han sacado los colores con decenas de ‘tuits’ con contenido más que cuestionable para algunos, y detestable para el resto. «Ya dijimos que pertenecer a una minoría no te hace un ser de luz», decía ayer Bob Pop en la radio (y «lo cortés no quita lo valiente», apostillaría mi amigo Sergio). Por eso, el hecho de que Karla Sofía Gascón sea una mujer ‘trans’ –que podría entenderse que tuviera cierta sensibilidad ante otros colectivos sociales– no le exime de tener otras ‘cualidades’ de dudosa integridad. Y eso, quizá, es lo que no se vio venir de nuevo.

Tampoco son mucho mejores las personas que han estado vertiendo un odio irracional contra la actriz en las últimas semanas por ser quien es –director de cine incluido–, aunque las consecuencias que ya está empezando a sufrir la de Alcobendas son bastante más dolorosas, como ser apartada de la promoción o ver peligrar su paso por los premios más famosos de Hollywood. Sin embargo, sus disculpas en condicional («si alguna vez he ofendido») dejan entrever que la hoguera no acaba aquí y que seguro habrá más imágenes para la decepción.

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