Memos, idiotas o imbéciles, son adjetivos que utilizamos en el día a día para calificar al conjunto de las personas humanas.
Yo siempre he sido muy de usar: «anormal» o «gilipollas», aunque reconozco que desde que el brillante Ángel Suárez –Abogado-, tildó a Piqué como «cretino» en una de sus redes sociales, lo he tomado también como propio.
Y fue en la misma red social donde el otro día, descubrí lo que los millenials y los modernos llaman ‘sundrying’.
Por lo visto es la nueva tendencia entre el personal, que consiste en colgar la ropa al sol desde tu balcón o en el patio, para que ahorres energía no usando la secadora. De esta manera la ropa, según dicen, queda más calentita y es bastante ecofriendly.
Es decir, que subir a tender, como hacía mi madre cuando iba a casa de mis abuelos (vivíamos en un primero), era hacer ‘sundrying’. ¡Qué ignorantes de la vida estamos hechos! ¡Qué sería de nuestra vida sin los influencers!
Ayer un médico en Palencia denunciaba que después de los cribados realizados en la capital, algunos «negativos» se han convocado a través de las redes sociales para ir a fiestas privadas. Como dice el gran Fernández Sobrino: «serán negativos, pero son tóxicos e imbéciles».
En las próximas elecciones catalanas se está valorando la posibilidad de que los miembros de las mesas electorales acudan a su obligación ataviados con los trajes llamados EPIS. Ropa específica, guantes de un solo uso, mascarilla FFP2 y gafas protectoras.
Todo esto se lo tendrán que poner 20 minutos antes de la franja habilitada para que puedan ir a votar los contagiados y los que están guardando cuarentena.
Que te toque ser parte de una mesa electoral es una de las mayores putadas, por eso que la gente intente librarse de ello es un clásico en nuestro país. Seguro que les suena lo de que en las semanas previas a elecciones, si un policía ha llamado al timbre de casa, los de dentro tienden a momificarse en un silencio sepulcral.
Si partimos de que el asunto no se presenta muy atractivo, darle emoción con los EPIS, los contagiados deambulando, y el libro de estilo de cómo actuar en esta situación (que te tienes que estudiar la días previos), es de chirigota.
Lo único que tengo claro es que estamos más tontos que nunca y que aquí nadie hace nada. Ni siquiera hay indicios de que algo pueda cambiar. Yo crecí oyendo aquello de la cultura del pelotazo, mi hijo ya empieza a oír eso de la cultura de los idiotas, memos o lo que les parezca, escojan ustedes.
La cena de los idiotas
30/01/2021
Actualizado a
30/01/2021
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