En un mundo dominado por el gran oráculo Google, al que acudimos en búsqueda de todo, incluso de nuestras propias vidas, no hay mejor manera para conocer lo que ha pasado por nuestras supuestas mentes inteligentes durante este año que repasar el listado de las palabras más buscadas en él.
En España los términos más buscados durante 2019, por este orden, han sido elecciones generales, Notre Dame, la caída del muro de Berlín, elecciones municipales, Black Friday, lotería del Niño, Vox, metro de Madrid, listeriosis y boda Sergio Ramos. Algunas de ellas son esperadas y hasta lógicas, pero otras, al menos a mí, me han sorprendido.
Es comprensible lo de las elecciones generales, ya que las dos que hemos tenido han olido desde el principio a cuerno quemado. Y es que unos cuantos pirómanos de traje se han encargado de encender y avivar un fuego que está consumiendo los cimientos de nuestra sociedad. Fíjense la fiereza de las llamas que han conseguido saltar los Pirineos y llegar hasta la ciudad serpenteada por el Sena y llevarse por delante a Notre Dame. Eso sí, en este caso el fuego comenzó por el tejado, pero por desgracia el orden de factores no alteró el producto y parte de ese monumento de piedra y madera se vino abajo. La irrupción de Notre Dame entre las tendencias de este año no tiene nada que ver con un inesperado interés por la cultura, sino exclusivamente por morbo. Espero que al menos le concedan al jorobado de Notre Dame una beca Erasmus para que pueda pasar unos meses con los jorobados de nuestro Congreso de los Diputados.
Serán difíciles de olvidar las imágenes del desplome de la aguja de la catedral de Notre Dame, al igual que pasó a la historia la caída del muro de Berlín. Ahora que tan de moda están las construcciones de muros de hormigón e ideológicos, es curioso que hace treinta años se derribara un muro que nunca debió levantarse. La única duda que me acecha es si quizás los millones de búsquedas sobre este asunto tendrán su origen en la ignorancia de las nuevas generaciones sobre este episodio histórico y al escuchar algo sobre un muro pensaron que era otra bravuconada del amigo Trump. Y hablando de muros, nos topamos con la búsqueda de elecciones municipales, que arrojaron unos resultados que han avivado y dopado lo provinciano en su connotación más negativa, no en la positiva que también la tiene. Es más, viendo los acontecimientos no me extrañaría que se acabara antes de construir un muro que separe León de Valladolid que la autovía que debería habernos unido hace décadas. Vamos, que el futuro viene tan negro como el viernes que dio lugar hace 50 años al Black Friday.
En 2012 se declaró oficialmente la llegada de la epidemia de este virus consumista a nuestras vidas patrias y en vez de vacunarnos contra él, nos hemos regodeado mientras nos contagiábamos hasta volvernos locos y ser cómplices de que lo que empezó como Black Friday haya mutado incluso hasta Black Week. Por eso no es de extrañar que más de uno ponga todas sus esperanzas en la lotería para poder sufragar lo gastado en ese invento americano. Pero lo curioso es que sea más buscada la lotería del Niño que la de Navidad. Extraño ¿no? Salvo que sea porque el Tribunal de la Santa Inquisición de lo Políticamente Correcto esté investigando sus connotaciones machistas y en breve haga un comunicado que pida el cambio de nombre pasándose a llamar ‘Lotería del Niño y de la Niña’. Pero claro, me temo que si Vox sigue creciendo volvería a su nombre original.
A Abascal y a los suyos sí que les ha tocado la lotería en las últimas elecciones. Y todo ello además sin haber comprado ningún décimo, ya que se los han regalado sus rivales y otro tipo de extremismos que han avivado el fuego de Vox con la misma intensidad que ardían las vigas de madera de Notre Dame. Y mientras que unos suben, otros bajan, tanto, tanto que de repente han tenido que cambiar el coche oficial naranja por el metro, lo que puede explicar la irrupción de la búsqueda metro de Madrid, aunque los puristas puedan decir que es porque en 2019 ha cumplido 100 años este invento que ha ido perforando las entrañas de la capital. Me imagino que la cara de extrañeza de los madrileños hace un siglo en su inauguración fue muy similar a la que pusimos la inmensa mayoría de los mortales cuando escuchamos por primera vez la palabra listeriosis. Esta infección siempre ha estado ahí, pero hasta que no ha empezado a ser famosa tras su aparición por sorpresa, o quizás no tanto, en Andalucía pocos conocíamos de su existencia. Justo lo contrario que sucede con el protagonista de la décima búsqueda más tecleada en Google.
Sí, me refiero a la boda de Sergio Ramos. Pocas explicaciones se me ocurren para adivinar cómo el enlace del futbolista y de Pilar Rubio ha irrumpido en este ranking. Claro que podía haber sido peor, se me ocurren muchas otras opciones igual de cutres y casposas e incluso alguna que la superaría, pero me acojo a mi derecho a no declarar.
Pues nada, como diría el mítico Luis Mariñas y a modo de resumen del año que estamos a punto de despedir, así han sido las cosas y así se las hemos contado, al menos en la España ‘gugueliana’.
La España ‘gugueliana’ de 2019
19/12/2019
Actualizado a
19/12/2019
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