La gran movida

Eran otros tiempos, a finales de los ochenta, se podía salir por la noche cualquier día de la semana, los garitos rebosaban de gente joven y despierta, con ganas de explorar en lo desconocido, en un ambiente musical y contracultural muy propio de las grandes urbes, como Madrid, Barcelona, Sevilla o Vigo. León era una de esas capitales importantes del rugir continuo, entre locultural y lo musical, la llamada Movida Leonesa. Éramos una ciudad autónoma y didáctica, las y los jóvenes llenaban las calles del casco antiguo, con infinitas ganas de disfrutar y pasárselo bien, los fines de semana la ciudadreventaba de decibelios, llegaban hasta de Valladolid, quien lo iba a decir.

El cuento ha cambiado, hoyaquellas generaciones peinan canas, unos esperan agotar su vida laboral en pequeñas empresas antes de jubilarse, otros esperan lo mismo fuera de León cuando sufrieron la pérdida de su puesto detrabajo, por el cierre patronal de una empresa sin futuro o de una mala gestión empresarial.Peor lo tienen, las y los hijos de estas generaciones que han tenido que marcharse de un León que agoniza por los cuatro costados, dicen que los menores de 35 añosse escapan vía Alvia o Avant, porque para el Ave no tienen pasta. Se comenta que unos veinte y cinco milen los últimos quince años, a este ritmo los garitos bajaran sus trapas o se tendrán que reconvertir en chocolaterías para endulzar los últimos años de los que andan despacio,de los que ya no tienen prisa.

Dicen que los tiempos van cambiando y con ellos las expectativas socioeconómicas, por eso a León y a nuestra Región le han entrado un mal de ojo, un mal que tienenombre, «Centralismo». Aún enfermo, a nuestro León, le quedan ganas de levantarse para sacudirse el hartazgo y rebelarse contra lo injusto, nunca fue tan necesario como ahora reivindicar lo nuestro. Hay que sacudirse ese mal de ojo, el agua con sal es un buen remedio y agua tenemos a asgaya. Los jóvenes tienen que volver porque les espera una nueva movida, ‘La Gran Movida’.