Se acaba un año que por desgracia nunca se nos olvidará. Y más con estas fechas, en las que siempre estamos con la sensibilidad a flor de piel, sobre todo al recordar a los que no están. Este año, además, con el añadido de que se ha sufrido mucho durante 2020, y más teniendo en cuenta que no todos hemos podido ver a quienes queremos. Por eso siempre se podrá decir que la Navidad es la infancia, en la que no había más que ilusión y no teníamos que preocuparnos de nada. Como esas que pasaba en el noreste de Extremadura, en las que no parecía que era invierno por más que en la tele tuviéramos que ver una y otra vez que si no había nieve, no había Nochebuena. Tampoco olvidaré esas nocheviejas en las que lo importante no era salir de fiesta, sino aguantar hasta las 12 para tomar las uvas. Y por supuesto, el mejor día del año, en el que se madrugaba más que nunca para ver esos regalos que, aunque muchos los habías pedido, siempre tenías la incertidumbre de si los tres reyes iban a cumplir con tus deseos.
Llegó la juventud y por fin descubrimos qué era salir una Nochevieja. No se dio como yo quería, pero fue divertida y épica, de eso no hay duda. Ya han pasado 20 años desde entonces... Pero resulta que la Nochebuena tenía también su punto, porque era el día perfecto para reunirse con familia y amigos sin apenas margen para cambiar de registro, que no era tampoco difícil.
Todos tenemos mil recuerdos más, y seguro que este año los sentimos más cercanos porque en esta Navidad no tenemos a todo el mundo. Por eso ya nos queda menos para las fiestas navideñas de 2021, que a poco serán mejores, en las que seguro que hay tiempo para recordar esos momentos felices del pasado, pero siempre conscientes de que el presente, y sobre todo el futuro, no tiene por qué ser tan malo.
La Navidad que fue y será
30/12/2020
Actualizado a
30/12/2020
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