El poder desgasta. Con el paso del tiempo, es inevitable que quien ejerce el poder genere enemigos, básicamente por la imposibilidad de darle a todo el mundo lo que pide. Es una vieja máxima, tan vieja y tan acertada como que los enemigos son mucho más viscerales si en un tiempo fueron cercanos, porque a quienes no les ha tocado ejercer el poder sino asumirlo no respetan al que manda. Hay ejemplos en absolutamente todos los ámbitos: el más reciente en el PSOE leonés, con epicentro en Bembibre. La traducción al castellano es dolorosa: envidia.
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