Fiesta en el Coto Escolar. Por todo lo alto, lo cual no es demasiada novedad porque ya desde hace tiempo había quién disfrutaba de las instalaciones como si fueran una finca familiar en las afueras, algo que en tiempos fue muy típico en esta ciudad. Esta vez tocó celebrar la jubilación de quien cortaba el bacalao, que lo que cortó fue la tarta para sus invitados... y lo que sobró se lo ofreció al día siguiente a los curritos, osos de gominola incluidos.
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