El PSOE, al menos por aquí, tiene algo de Real Madrid: está empezando a celebrar un triunfo y ya se desencadena otra crisis. En este caso fue el alcalde de León el que quiso marcar distancias desde el minuto 0, diciendo que no le gustan los cambios. Uno de ellos es el de la presidencia, que ahora la ostenta la ministra Ana Redondo y en sustitución del Magnate del Agua, que quiere más cargos pero no se le arregla, porque su vecino ya no manda nada al otro lado del Manzanal.
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