Vaya con las memorias de Igea. Se conoce que como ya nadie le escucha, y como a él le gusta tanto escucharse a sí mismo, ha decidido ponerse a escribir, algo que no hace mal del todo, la verdad, y además escribiendo tienes la garantía de que nadie te va a interrumpir ni a llevar la contraria, por lo menos mientras estás dándole a la tecla. Y si alguien te critica luego, además, no tienes por qué escucharle... ni leerle, aunque esto último seguro que sí lo hizo Igea ayer porque recibió un sartenazo que se podría comparar con la letra del rap más barriobajero y macarrónico.
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