El buen rollo que suele haber en el colegio Camino del Norte no era tal en la jornada electoral de ayer. En las cabinas no había papeletas y al que las pedía a los interventores o a los presidentes de mesa le venían a decir que no les contara su vida, que llamara a la Junta Electoral si quería. Y en la Junta Electoral, como si fuese la Junta de Castilla y León, decían que la culpa era del Ayuntamiento, que se tiene que encargar de esas cosas.
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