Lo del inglés aparecido ayer en Las Salas es de nota. Vamos a llegar al punto en el que, si uno quiere esconderse de todo, el mejor sitio va a ser una iglesia. El operativo que se montó para buscarlo, pese a que se había ido diciendo que se iba a suicidar, movilizó a todo el parque móvil de la benemérita, todos los aparatos nuevos y modernos, agentes de todos los rangos, pero resulta que a nadie se le había ocurrido mirar en el campanario de la iglesia. De película.
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