Pues ya sabemos lo que nos va a costar a todos los españoles que Luis Tudanca diera su brazo a torcer en las guerras internas del PSOE: un sueldazo de senador. El mismo que, más que probablemente, recibirá Eduardo Morán por haber dado su apoyo (el de su centenar de fieles) a Cendón en las últimas primarias. Otros sí renunciaron pero sabiendo que venía un ¡zas! en la bocona de sus enemigos, que evidenciaron una vez más el contraste entre su habilidad para las disputas intestinas y su torpeza institucional. ¿Lo escuchan? ¿Lo oyen? No, no son bandas ensayando para las procesiones. No, no son los atascos de Semana Santa. Presten atención que sí se escuchan, sí, y por toda la comunidad: son las carcajadas de Diego Moreno yAna Sánchez... y Mañueco de fondo, cual villano, partiéndose la caja. La verdad es que los inicios del nuevo PSOE están siendo apasionantes.
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