Como era de esperar, la derecha mediática le ha comprado el relato a Aldama, un fantasma de manual que se paseaba por Zamora en Ferraris y Porches y, claro, luego tenía que estafar el IVA de los carburantes. Después ‘bajó’ al Audi A8 y, por lo que fuera, le tirotearon. Sorprende que se dé crédito a las coces de un personaje tan siniestro y, sin embargo, siga guardando silencio su patética conexión leonesa, los dos iluminados que mediaron para que comprara el Zamora CF. Estallará.
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