Volveré siempre a Lago,
a su espejo de agua,
a los murales de Sierra,
a los pájaros de otoño,
al viento del fin del mundo
que lo cruza de lado a lado
esparciendo las hojas
de los chopos enhiestos,
rizando el agua de Michán,
golpeando la puerta de la Iglesia
donde la luz se hizo carne,
y plomo,
y vidrio santo,
y el hombre que camina
rozará silencioso las piedras,
pues esas son,
en tus labios y los míos,
las verdaderas plegarias.

Lago de Babia
21/05/2022
Actualizado a
21/05/2022
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