Jorge Brugos

De Lancia al leonesismo

18/11/2024
 Actualizado a 18/11/2024
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La historia casi nunca es como te la cuentan. No quisiera caer en el relativismo histórico que manipula la memoria (pan)democrática. Basta con coger un libro que relate nuestro pasado para darse cuenta de que las andanzas de los anales de nuestros ancestros han sido condimentados en los últimos tiempos. Recuerdos legendarios que han sido empeñados al mejor prestamista para que haga lo que quiera con nuestras reliquias de nostalgia generacional; cada uno hace lo que quiere con nuestros retazos en los relicarios, se descontextualiza la historia contando lo que interesa a cada una de las partes interesadas. Nos quedamos con la cronología de los hechos que más nos beneficia; han convertido la memoria en una especie de negocio en el que se cobra con las verdades a medias que son mentira en la vista periférica de los legados. 

Desde Valladolid caricaturizan al leonesismo proyectando por encima de todo la unificación del Reino de León y el de Castilla dejando en meros mitos y anhelos melancólicos la soberanía leonesa sobre el reino castellano. Los secesionistas vascos se apropian de Navarra mediante una especie de usucapión territorial alegando su legitimidad en los tiempos anteriores a que Castilla se uniera con Navarra. En esta batalla por el relato todos pierden y ganan al mismo tiempo, construyen un oxímoron existencial en base a la utilización del recuerdo heredado de nuestros antepasados. 

Politización de la memoria que ha propiciado el devastador mimo que las instituciones han brindado a nuestro patrimonio histórico-cultural. Si determinados yacimientos como el de Lancia no reciben la protección y consideración que merecen es precisamente porque no son más que un daño colateral de la tendencia fetichista de sólo tocar la historia para manipularla; todo lo que no tenga ningún rédito para los taxidermistas del recuerdo debe ser vaciado de toda esencia orgánica. Todo lo que no aporte a la causa culinaria de la deconstrucción es desechado. Lo importante es que no recuerden la historia, sino que evoquen las causas construidas en torno a la memoria. 

 

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