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Lealtad con los de abajo

10/01/2025
 Actualizado a 10/01/2025
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Mucho se habla en política de lealtades, aunque la lealtad puede (y debe) aplicarse en todos los ámbitos de la vida, ya sea a nivel profesional, de amistad, familiar… Normalmente se suele entender la lealtad en política como guardar fidelidad y respeto al superior jerárquico.

Esta lealtad se suele aplicar de manera unidireccional, sin embargo, es fundamental que la lealtad se aplique de manera bidireccional de subordinado a jefe y de jefe a subordinado, porque si no, en lugar de una fidelidad, se convierte en una pleitesía y al final, esa lealtad asimétrica, salta por los aires.

Esta semana hemos asistido al final del sainete protagonizado por Luis Tudanca en el PSOE de Castilla y León y, el día después de Reyes, anunció que donde dijo digo, quiso decir Diego y que los Reyes Magos le había mostrado un oráculo en el que había «llegado el momento de un nuevo proyecto en Castilla y León» y que, de aquello que dijo de dar voz y libertad a los afiliados para que la militancia eligiese al líder socialista en Castilla y León, mejor pasar página.

De esta manera Tudanca pierde un pulso que ni siquiera empezó a echar con Pedro Sánchez, ejemplificando el refranero español cuando habla de «arrancada de caballo y parada de burro» y sucumbiendo a la estructura férrea de Ferraz (más ‘ferreaz’ que nunca), para dar paso como su sustituto al designado por el propio Sánchez para descabezar a los díscolos en Castilla y León, hasta no hace mucho tiempo, amigos fieles.

Casi con toda probabilidad, a Tudanca le habrán prometido un retiro dorado en el Senado o en alguna otra institución, para seguir pagando las facturas y que le durará hasta que su nombre sea un simple eco en la historia reciente de Castilla y León (más pronto de lo que él mismo se imagina).

Sin embargo, con este movimiento de mero interés personal, y volviendo al tema sobre el que comencé este artículo, ha demostrado una profunda deslealtad a todos aquellos que, animados por el alboroto que protagonizó hace unos meses y por la creciente animadversión contra Sánchez, le mostraron su apoyo público en ese recorrido exprés que el aún líder de los socialistas de Castilla y León dio por distintas agrupaciones del PSOE de la comunidad autónoma.

Busquen en la hemeroteca la portada de La Nueva Crónica del 18 de octubre, en la que aparece una foto genial (como todas las de Mauri) pero con muy mala leche, protagonizada por unos sonrientes y pletóricos Luis Tudanca y José Antonio Diez, tras los cuales, se ve la cara de todos los pobres socialistas penitentes que ahora se estarán esforzando en decir a aquellos que los quieran escuchar, que ellos fueron obligados a asistir a ese acto y que son más sanchistas que el propio Sánchez.

Tudanca no ha sido leal ni con Diez, ni con Andrea, ni con Diego Moreno ni con tantos otros que sonríen en esa foto que ahora bien podría parecer un cartel de ‘se busca’ colgado en Ferraz. Como tantas otras veces, líderes políticos de distinto signo piden lealtad sin ofrecer esa misma lealtad.

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