El mapa de la red de ciudades globales de las universidades de Leuven y de Loughborough, que se puede consultar en World Cities 2024, es un ranking de ciudades por su relevancia mundial. Los estudios de Globalization & World Cities nos muestran cómo las economías de aglomeración son los motores del crecimiento económico y el bienestar. En la Península solo tenemos una aglomeración entre las ciudades de nivel más alto: Madrid, la vigésima y, un poco más abajo, en el puesto 42, Lisboa. Según los estudios de este ‘Think Tank’, las aglomeraciones aumentan la productividad y la innovación, e insertan las economías regionales en los torrentes del comercio mundial. Son las mismas tesis sobre las que llevaron el desarrollo de las zonas especiales en China desde los años ochenta, convertidas hoy en centros metropolitanos mundiales.
A otra escala, las economías de aglomeración aumentan la productividad e innovación de las ciudades intermedias. Esa aglomeración se consigue por tres vías: la especialización en un sector, la acumulación de población, o la creación de redes de ciudades próximas y bien comunicadas. Un caso de especialización se aprecia en Castilla la Vieja, donde cinco de las seis provincias tienen como principal empleador privado una empresa de automoción: Valladolid, Ávila, Palencia, Burgos y Soria. Un caso de aglomeración se observa en las provincias de Valencia y Alicante, que reúnen 4.700.000 habitantes entre ambas, en una superficie similar a la provincia de León: 16.600 kilómetros cuadrados. Además, cuentan con tres polos de concentración: Valencia, Alicante y Elche. Otra posibilidad es crecer mediante la creación de una red conectada de ciudades intermedias. Es el caso de Cantabria, La Rioja, País Vasco y Navarra. Son 3.825.000 habitantes distribuidos en una densa red de poblaciones, unidas por autovías, en una superficie de 28.000 km cuadrados, 7 núcleos de más de 100.000 habitantes, 6 aeropuertos, 2 puertos de mercancías...
León ha de buscar la creación de aglomeraciones, si quiere ganar relevancia económica y bienestar. El despliegue de las comunicaciones con Asturias y Galicia, con las que existen corredores poblados por los que itinerar, además de conectar León y Ponferrada por ferrocarril rápido, son imperativos. Crecer es incompatible con que solo el 23 % de la población gallega viva en Lugo y Orense, por la debilidad de León.
Estas acciones requieren dos condiciones: inversión pública y capacidad de interlocución política para conseguirla. En el actual marco político no se da ninguna de las dos condiciones, lo que hace necesario modificarlo: crear la autonomía leonesa cuanto antes.