Hace unos días se produjo el desplome de una ladera sobre la autopista de León a Asturias. Las comunicaciones con Galicia sufren por el corte de la autovía VI hacia La Coruña por el desplome de un viaducto hace meses. La vía rápida entre Ponferrada y Villablino, de rango menor, se ve afectada por el desprendimiento de una ladera.
Todos los casos adolecen de falta de alternativas razonables para el tráfico interregional. Ni se puede pasar a Asturias, ni a Lugo, ni mucho menos a hacia o desde Villablino a 90 km por hora. Es fruto de la ausencia de planificación. Es competencia de las autonomías impulsar la planificación de carreteras que aseguren una red suficiente. Con independencia de que sea el Gobierno Central quien acometa la obra, sin la aprobación e impulso de la autonomía no se realiza obra alguna en nuestro país. La planificación que se propone a Europa lleva el sello de las autonomías.
La provincia de León tiene aproximadamente 170 km lineales de límite con Asturias. De la misma manera, 100 km tiene con Galicia, como con Zamora y Palencia. La mayor diferencia reside en que para ir a Asturias o a Galicia hay que atravesar montañas.
Que el límite con Asturias se rompa solo por una vía rápida es una anomalía. Lógico es que hubiese otro acceso desde Ponferrada –como podría ser la carretera del Coto Cortés–. Otro más convendría por el puerto de San Isidro, al que acceden los usuarios de la estación. Es la falta de voluntad de la Junta de Castilla y León la que bloquea el desarrollo de la ruta occidental desde Ponferrada. De la oriental, por Puebla de Lillo, se ha hecho cargo la Diputación, pero requiere de un nivel de inversión superior al que puede aportar la Diputación provincial.
La conexión rápida con Galicia por Valdeorras es una necesidad, como se puso de manifiesto con la caída del viaducto del Castro, en Vega de Valcárcel, para disponer de una alternativa, que discurriría por el corredor más poblado hacia Galicia. No hay dudas de por dónde trazar esa vía principal, pero la falta de voluntad política de la Junta de Castilla y León, inane o ausente, bloquea el avance.
Por último, el acceso a Cantabria debería progresar mediante un túnel de dos carriles por debajo de San Glorio, algo que sería extraordinario para el desarrollo de toda el área, pero la Junta no pide ni deja pedir.
León debería tomar concioencia de que existe un bloqueo de las comunicaciones con nuestro entorno de referencia. Tiene en la Junta su causa principal, por ser un impulsor necesario. Mientras León no tenga su propia autonomía, estos cuellos de botella para el desarrollo y el transporte no se van a resolver.