I like Emobi mobi

24/12/2024
 Actualizado a 24/12/2024
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Con un cocktail mal mezclado de sensaciones entre amargas y dulces se cierra el 2024 en El Bierzo. Con especial tiento hay que beber la pócima que lleva dentro una guindilla que obliga al llanto. Son 111 empleados de dos empresas que nacían como punteras los que se quedan en la calle a las puertas de ver a Papa Noel llegar a sus casas. Y no deja de toser ese maltraído catarro de la estafa detrás de esos dos proyectos subvencionados, aplaudidos y casi venerados,Emobi e Ibermón. Pero nacían casi muertos, porque en un año han estado más de brazos cruzados que subiendo al mercado palas eólicas, justo en un momento en el que hablar de energía es hacerlo en ese paso a la descarbonización. Aunque no valga todo. Porque, al tiempo que nos dejan en la estacada esos que hacían patria poniendo el futuro de la comarca en sus manos, otros ven un campo abierto para sus proyectos energéticos allí donde el rural se estrecha. La balanza les hace ganadores. A menos vecinos, se resta la bronca. Pese a que la riqueza natural no permita convivir con esas grandes estructuras metálicas, negociar el ¿por cuánto? les convierte en vencedores.  Ponen el precio y cierran la operación sin parpadear y los propios hablan de cumplir la ley como condición espúrea para aplaudir el proyecto, en un contexto vacío, y de no sé que mal tiento de palabras que dejan mal sabor de boca a los que compartimos cada vídeo de nueva camada de osos jugueteando con la nieve en el Bierzo Alto cada vez que un vecino lo comparte. 

Nada que objetar señoría, dicen, contando billetes.  Qué lejos quedan las leyes de mi pueblo , donde no se roban los adornos de Navidad sin ellas, ni se necesitan para reconocer las propiedades de la hija de la sobrina del padre.  Qué lejos queda ese alguien que con pluma ligera escribe todo en una cursiva al borde de acostarse, con muchos gerundios, como si la consistencia de la norma se basara en enrevesar los tiempos. Esos tiempos que no marca el reloj de la vida. Ese que marca lo necesario y lo propio frente a lo ajeno y estúpido. Nos echan en cara darle a un interruptor y estar felices. Ignorantes de la vida los que soñamos con volver a escuchar al urogallo. Esos que patalearon por el cierre de las minas, ahora pelean porque los gigantes de Don Quijote se metan en sus entrañas. Por un puñado...solo por un puñado... de Mw. 

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