La justicia europea tumba la norma de Castilla y León que permite la caza del lobo. El TJUE sentencia que no se puede autorizar la muerte de estos animales mientras que la situación de la especie en el conjunto del país sea desfavorable. Ni Castilla y León es una isla independiente, ni «este modelo de éxito de comunidad autónoma» está por encima de las normas que sí buscan el equilibrio ecológico, la supervivencia de la especie y la obligada convivencia del lobo con la ganadería extensiva. Más le valdría a la Junta de Castilla y León ponerse a esto último, como es su obligación, en vez de seguir lanzando fuegos de artificio en un espectáculo populista ante las OPAS y las asociaciones de caza a sabiendas de que no hay más leña que la que arde. Como he comentado en alguna otra ocasión, el apoyo a la ganadería extensiva en León es una falacia que han querido tapar con el cuento del lobo. La Junta de Castilla y León tarda más de dos años en pagar las indemnizaciones por ataques al ganado por animales salvajes y dos de cada tres indemnizaciones se quedan sin pagar. La consejería de medio ambiente, que solo toma medidas cuando es obligada por los tribunales, reconoció los daños patrimoniales a los ganaderos por los ataques del lobo al sur Duero por una sentencia del TSJCyL y han rechazado siempre la iniciativa de reconocer el lucro cesante en toda su extensión. El único camino posible es promover y fomentar de manera efectiva la necesaria convivencia entre poblaciones salvajes y la ganadería, por ejemplo con instalaciones de contención móviles, mastines, ayudas ágiles, etc.
Castilla y León recibió del Gobierno de España en 2022 9 millones de euros dentro de la Estrategia Estatal del Lobo, a 31 de diciembre de ese mismo año solo consiguieron justificar 2 millones, en caso de no justificarse las acciones realizadas, las ayudas a la ganadería etc., próximamente, se tendrán que reembolsar esas ayudas, mientras enarbolan la falsa bandera de defensa de la ganadería escondidos detrás de un lobo que asusta menos de lo que lo que intentan ocultar. En los casos en los que existe conflictividad entre el lobo y el ganado, está científicamente demostrado, por la característica de superdepredador del lobo, que la caza deportiva no es la solución, cuando la caza del lobo estuvo permitida al norte del Duero, solo se cazaba uno de cada dos de los lobos que la junta permitía, esto no ha sido eficaz ni para evitar los ataques ni para la conservación de la especie. El lobo, superdepredador por excelencia, tiene un importante valor ecológico, es parte fundamental del funcionamiento de los ecosistemas y único depredador natural del jabalí, cuya superpoblación causa muchos daños, además de su indudable valor cultural. Como bien dice la sabiduría popular, lobo hambriento no tiene asiento… dejen de intentar politizar un asunto del que han intentado sacar rédito político, sin importarles las soluciones, los ganaderos, ni el lobo lo más mínimo y han tenido que decirles hasta desde Europa que están errados. Mientras riñen entre sí los perros, se come el lobo al cordero…