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Lugo, Lugo y Lugo

29/03/2023
 Actualizado a 29/03/2023
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¿Que esta Deportiva juega un fútbol difícil de entender y aún más complicado de disfrutar? No me importa. ¿Que hay jugadores que han pegado un bajón inexplicable desde la última temporada y siguen sin encontrar un nivel decente? Me da igual. ¿Que la planificación deportiva ha sido un desastre? Me la refanfinfla. ¿Que todos y cada uno de los equipos con los que nos la estamos jugando se han ido vivos de El Toralín? Me da exactamente lo mismo. Y no es que haya tirado la toalla o que sea indiferente a la nefasta deriva del equipo. Es simplemente que las quejas y lamentaciones van a ayudar poco o más bien nada en estas nueve jornadas que restan de competición. Solo nos queda creer. Creer porque sí, sin motivos. Tener fe en que pase algo y poner todo de nuestra parte para que ese algo pase. Llevamos meses llorando jornada tras jornada y no sin razones. Buscando culpables, señalando responsables de forma paranoica. Y no me malinterpreten, no digo que el aficionado no tenga razones ni derecho a la queja. Pero hasta final de temporada de poco va a servir el sobreanálisis y la búsqueda de culpables. Desde ahora y hasta final de temporada toca remar y empujar. Como hemos hecho siempre. Como seguiremos haciendo. Porque Ponferrada nunca se rinde. Porque un solo día después de haber hecho un más que cuestionable partido contra el Mirandés cientos de blanquiazules hacían cola para conseguir una entrada para Lugo. Unas entradas que se agotaron en pocas horas. Podremos jurar en arameo por los nuestros cuando las cosas van mal. Podremos renegar de nuestro equipo minutos después de ver el enésimo despropósito de esta temporada. Pero a las pocas horas volveremos a estar y a confiar. Porque este es el equipo de nuestra vida y de eso uno no se puede desprender aunque quiera.
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