14/05/2024
 Actualizado a 14/05/2024
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Muchos papás desean que sus hijos, desde la más temprana edad, aprendan el inglés. Así podrán entenderse mejor con otras muchas personas del mundo que también conocen esta lengua tan extendida. Pero no menos importante es la lengua española, que hablan nada menos que seiscientos millones. Lo llamativo es que es precisamente en España donde más desprecios recibe la lengua de Cervantes. Nadie imaginaría que en Francia no se pudiera estudiar o examinarse en francés. Al contrario que en España, pues en varias regiones y, singularmente en Cataluña, el castellano está totalmente marginado. Algo grave y ridículo a la vez. Por cierto, que es un caso flagrante de desigualdad. Supongamos que un profesor de León quiere presentarse a unas oposiciones en Cataluña. Siempre juega en inferioridad de condiciones.

Escribo mientras en la pantalla del televisor aparecen los resultados de las elecciones catalanas. Un cachondeo. Da la impresión de que interesa más la lucha por el poder que el deseo de servir a los ciudadanos. Eso sí, para bien o para mal, son los ciudadanos los que deciden. El caso es que llevamos años viendo cómo nos toman el pelo españoles de toda la vida que no paran de decir que quieren independizarse y que se creen superiores al resto de españoles. Les pasa lo que a aquel Señor que nunca había salido de su pueblo y pensaba que su pueblo era el centro del mundo. 

El creerse más que los demás es algo que está muy feo. Es como si alguien va presumiendo por ahí de que es más listo o más rico que los demás, a los que mira por encima del hombro. Si miramos los libros de historia, no parece que Cataluña tenga mucho que presumir como nación independiente. No es el caso de León, que ha sido un reino, con las cortes más antiguas de Europa. Navarra, Asturias, Aragón… sí que pueden presumir. De Cataluña sabemos que era la Marca Hispánica, dividida en condados, ostentando sus máximos dirigentes el título de condes. 

Nadie pone en duda las cualidades que durante siglos ha tenido el pueblo catalán, laborioso y famoso por el “seny” o sentido común. De hecho ha sido una región muy próspera, si bien es mucho lo que, al igual que las Vascongadas, le debe a Franco, que colocó en ambos territorios industrias muy importantes, a costa del resto de los españoles. En realidad, si son sinceros, reconozcan que la independencia no le interesa demasiado. Lo importante es sacar el unto al resto de España y que Papá Estado, entre otras dádivas, les siga pagando las pensiones.

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