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Mariano José de Larra

27/03/2024
 Actualizado a 27/03/2024
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Todavía no se me han olvidado –al menos, no del todo– aquellos versos que, en el instituto –¡qué tiempos aquellos en el Padre Isla!–, nos aprendíamos de memoria, como los de Gustavo Adolfo Bécquer –«Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus nidos a colgar, / y otra vez con el ala a sus cristales / jugando llamarán…»– o los de José de Espronceda –«Con cien cañones por banda, / viento en popa a toda vela, / no corta el mar, sino vuela, / un velero bergantín…»–, nada tedioso en comparación con los análisis sintácticos con no sé cuántas proposiciones subordinadas que ocupaban tres o cuatro líneas… Guardo, en general, buenos recuerdos de mis profesores de Lengua y, en especial, de Carmen Redondo, a quien –dicho sea de paso– me encontré hace ya algún tiempo y, entre otras cosas, me dijo que leía esta columna de vez en cuando… No hizo comentario alguno sobre errores gramaticales u ortográficos… y tampoco yo pregunté… por si acaso…

Bécquer y Espronceda –volviendo al tema– son, como sabes, dos de los máximos exponentes del Romanticismo literario español, aunque de esta época –grosso modo, primera mitad del siglo XIX– me cautiva especialmente Mariano José de Larra, a pesar de su corta trayectoria: se suicidó con un disparo en la sien –mucho tuvo que ver un desengaño amoroso– el 13 de febrero de 1837, cuando aún no había cumplido 28 años. Larra –que escribió bajo distintos seudónimos: Fígaro, el Duende, el Pobrecito Hablador, Andrés Niporesas…– supo describir como nadie lo que sucedía a su alrededor, la vida cotidiana, con un estilo crítico y satírico ciertamente elegante.

Destacó principalmente por sus artículos en prensa –algunos, aún hoy, plenamente vigentes–, entre ellos unos cuantos cuya lectura es casi una obligación moral: ‘El castellano viejo’, ‘El día de difuntos de 1836’, ‘El casarse pronto y mal’, ‘Vuelva usted mañana’… Y, ahora, a los 215 años de su nacimiento, que se cumplieron el domingo pasado –vino al mundo el 24 de marzo de 1809–, es un buen momento…

 

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