Imagen Juan María García Campal

Mas llegó el elefante

22/01/2025
 Actualizado a 22/01/2025
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Ignoro el por qué, pero pienso –a veces, tampoco hay que exagerar– en don Carlos Marx y, aunque pueda parecer increíble, lo hago con cierta ternura. Además de las muchas injusticias, horrores y fracasos que conllevaron y conllevan los muchos intentos de realización práctica (la famosa ‘praxis’) de su teoría, que pensaría hoy don Carlos al contemplar a su fracasado fantasma sustituido, no sin ayuda de las fuerzas del trabajo, recorriendo el mundo entero, mas en forma de ultraliberalismo económico y social. Y conste, no escribo proletariado porque una de las primeras victorias de este ultraliberalismo ha sido que ya ni el mismo proletariado se tiene por tal. ¡Ya somos todos clase media! Y, lo que es peor, nadie procede del proletariado y, por ello, nuestra única aspiración es trepar no ya a la burguesía –y aún menos a la ilustrada– sino a la élite milmillonaria, a la aristocracia dineraria, de la que, a lo que se ve, ha desaparecido cualquier rastro de nobleza. ¡Ay nobleza! ¿Cuánto se tardará en revisar y anular su hermosa lista de sinónimos? Busque, busque, generoso lector, y dígame si supone presente en este ultraliberalismo que –cual vieja ola de erotismo– nos invade alguno de ellos, igual o parecido a «honradez, honestidad, sinceridad, lealtad, bondad; generosidad, desinterés, magnanimidad, altruismo; distinción, señorío, majestuosidad». ¡Ay poderoso caballero! ¡Ay becerro de oro! Qué bien te has hecho nuevo dios. Menos negadores o escépticos tienes que el que en varia religión dicen dios verdadero.

Sí, aciertas lector, hoy escribo triste y, en parte, abatido. Y digo «en parte» porque dejarme abatir del todo es lujo que, por sobrevivencia, no me puedo permitir. Casi todo lo puedo achacar a que, como bien he leído que escribió Ezra Klein en el ‘Times’: «En 2016, se percibía a Trump como un emisario del pasado; en 2025, se lo recibe como un presagio del futuro». Y claro, amén de por edad, por ignorancias varias, uno está más acostumbrado a bregar, por y con experiencia, con presentes y pasados que con futuros que pintan, por lo hecho en su primer día con firma presidencial, tan oscuros y preocupantes. Y más, a la vista de sus invitados nacionales y europeos. Porque si su referencia y preferencia nacional y europea son Abascal y Meloni pues, qué quiere que le diga… ¡Pena! Animosa, movilizadora pena. 

Yo iba a escribir del impresentable Mazón, las juventudes del PP y su preclaro líder, Feijóo, mas llegado, cual elefante republicano, Trump, para qué imitadores.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.

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