Rompen a soñar las calas
y los tulipanes en mayo
y al chico con zarzas en el pelo
se lo lleva la policía.
Debe protestar ahora,
más allá de credos y normas.
Ya llegará el momento
donde se pudra su juventud
y se agoten los cantos,
y prevalezca,
sobre la incandescencia
del día exultante,
el letargo,
la raíz negra,
la decrepitud:
aquello que amansa,
sofoca
y envilece.