Asco. Mucho asco. Asco hasta las arcadas. Asco hasta el vómito. Asco y descubrimiento de una desconocida paciencia en mí, escuchar en directo al Mazón, de nombre Carlos, im-popular presidente de la Comunitat Valenciana en su comparecencia ante Les Corts Valencianes a petición propia (mas acumulada a las peticiones de comparecencia del PSPV, de Compromís y de Vox CV) del pasado viernes día 15. Asco escuchar al, en principio, presunto (que nunca falte el “presunto”) responsable político de muchas de las tristísimas y lamentables consecuencias de la Dana (Depresión Aislada en Niveles Altos) o gota fría, hablar de la creación de unas comisiones de investigación parlamentarias tanto en las propias cortes autonómicas como en las Cortes Generales porque «Los valencianos tienen el derecho de conocer todo lo que ocurrió, la información que se manejó y las decisiones que se tomaron durante el transcurso de una Emergencia para la que –hoy y ahora– debemos buscar una explicación» para, a continuación, cual pez Saltarín del fango (Periophthalmus vulgaris) conocido por su habilidad para saltar largas distancias sobre la superficie del lodo, entregarse hasta un total de dos horas y veintiséis minutos a la propia defensa de su no hacer y a la transferencia de responsabilidades y acusación al Gobierno de España. ¿Para qué entonces las comisiones parlamentarias de investigación? ¿Para qué cuando ya él, con el respaldo de su partido, el PP, ha sumariado, mejor, fabulado toda investigación, ha celebrado el pre-juicio, ha sentenciado y ha condenado al Gobierno de España; en sus disciplinadas, asutosalvíficas y finalistas, amén de patrióticas, intenciones al des-Gobierno de Sánchez. Asco, asco hasta el vómito, después de todo lo visto por todos desde ya antes de su aparición el fatídico día en la sede del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi).
Saltarín del fango, sí, este Carlos Mazón y no menos saltarina la nueva portavoz de su Gobierno, Susana Camarero, con su «¿Por qué volver a hablar de la comida?», cuando lo que se le preguntaba era por la factura de la misma. Me parece de «foro obligatorio». Más cuando desde el primer día se sabe que, en lugar privado, se hace «ofrenda voluntaria» de un sabroso cargo público. Mala cabeza-da dio y mal ventorro le sopla a este diestro saltarín del fango.
Y sí, investíguese, hasta judicialmente, y que cada palo aguante su vela. No es para menos la tragedia. Ah, y recuerden los amnésicos y viudos: Franco, ha muerto.
¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.