Ya va calando en la sociedad el mensaje de la ideología ‘woke’, donde se concentra lo peor de lo peor, que salpica a la gente cretinizada (por usar un término que suele aplicar Juan Manuel de Prada, cuyo último libro acabo de leer).
Buena culpa la tienen los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales y otros como El País, que reciben euros del Estado para subsistir y, como es natural se convierten en propaganda y mistificación de la realidad. Se dice, «no muerdas la mano que te da de comer» aplicable a los congresistas y beneficiados de Pedro Sánchez. Pasó con la pandemia, la corrupción y tráfico de influencias en la ‘famiglia’; la sumisión a los independentistas, que son los que mueven los hilos de una marioneta llamada Sánchez.
En cuanto a las relaciones exteriores, la cosa no es mejor. En primer lugar la sumisión ante el reino de Marruecos que ha afianzado su alianza con EE UU e Israel, como aliado preferente, mientras España pierde la confianza de ambos gracias a la deriva de un gobierno comunista. Por cierto Israel, es la única democracia desde Gaza al Extremo Oriente. El reconocimiento a los terroristas de Hamas, no es ayudar a los palestinos.
Por otra parte, la ruptura de relaciones con Argelia, que nos proveía de gas natural, por culpa del gobierno y sus devaneos con el Sahara que, finalmente entrega a Mohamed VI, como si fuera suyo. ¿Qué ganamos ahora? Humillaciones y tráfico comercial y humano, impulsado por las mafias para llegar al Dorado o sucumbir en el Océano.
En tiempos de la Dictadura, el jefe del Estado –Francisco Franco– mantenía excelentes relaciones con el mundo árabe (no en vano llevaba la Guardia Mora por escolta) y, en particular con el pueblo palestino. Algunos recordamos la llegada de cientos de ellos que fueron becados para estudiar en universidades españolas. En los archivos de la Facultad de Veterinaria figurarán sus nombres. Eran chicos cordiales y pronto se hicieron amigos muy leales. Bastantes se instalaron en el barrio de El Ejido.
En Oviedo conocí a algunos que estudiaban Medicina y otras carreras. Uno de Derecho, que no le habrá sido de gran utilidad en un país donde la ley la dictan los Imanes de Hamas.
En las noches del Sport, bar donde nos concentrábamos los estudiantes, conocí a Ibrahim que cursaba Medicina. Era de un cuerpo menudo y una viveza que irradiaban sus ojos. En unas semanas hablaba español muejor que cualquier estudiante de ESO hoy día. Cuando veo el estado de los hospitales del Gaza, me pregunto qué habrá sido de Ibraim y cuántas atrocidades habrá visto aquel doctor ‘hispano-palestino’.
Los antisemitas, como Pepe Álvarez y los progres se ponen al pescuezo la kufiya y ahí acaba el apoyo. Cuestión de imagen. Pero las vidas de Ibrahím y aquellos médicos veterinarios, ingenieros e incluso el letrado, que se formaron en la España franquista, también constituyen Memoria Histórica.