Conozco el caso de algún negocio que ha necesitado más de un año de trámites burocráticos –algunos absurdos– para poder volver a poner en marcha la maquinaria y las instalaciones de una empresa que cesó su actividad y años después alguien quiso recuperarla. Entiéndase lo de recuperarla como invertir tiempo y dinero para generar puestos de trabajo, riqueza en una zona de estas que llaman vaciadas y al fin y al cabo seguir pagando por todo lo que se hace, que de eso se trata el juego.
Por eso es sorprendente lo complicado que es reabrir una fábrica que cesó su actividad en su momento por la razón que fuera y lo fácil que resulta alterar las normas de un hotel abandonado para convertirlo en un centro asistencial de la noche a la mañana porque a alguien se le ha ocurrido utilizar esas instalaciones independientemente de lo que piensen los vecinos. Que, dicho sea de paso, ya vemos lo que piensan.
Ahí nadie mira si el uso del suelo está contemplado en el plan general de ordenación para la actividad que se pretende llevar a cabo, si la propia actividad de las instalaciones es adecuada al nuevo uso, todo el tema de prevención de riesgos, agua potable, sanidad y el resto de asuntos relacionados con la seguridad alimentaria, controles de trazabilidad y un sinfín de normas que el resto de empresas tienen que tener al día.
Usted, si quiere cambiar las ventanas de su casa porque las que tiene ya no funcionan de manera adecuada o simplemente porque le da la gana, porque es su dinero y lo gasta como quiere, si quiere instalar un ascensor o renovar el tejado, tiene que encargar un proyecto, llevar el trámite a un órgano municipal como puede ser el pleno o una junta de gobierno y pagar lo que le pidan por la licencia de obra.
Si lo que pretende poner en marcha es una empresa o negocio, a mayores de todo eso, la licencia de apertura, los trámites en el boletín oficial y la publicación del anuncio en el tablón de su ayuntamiento y en un periódico, esperar el periodo de alegaciones y después todo lo que venga. Que le adelanto que no va a ser poco. Pero como puede comprobar, si lo que quiere montar es un chiringuito y no precisamente a la orilla del río de su pueblo, todo serán facilidades.