02/04/2024
 Actualizado a 02/04/2024
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Millones de creyentes y no creyentes han aprovechado, como cada año, la Semana Santa, es decir, la celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo, para irse de vacaciones. Unos y otros necesitan descansar o cambiar de aires. Eso no es malo, si bien lo ideal sería comprender y tomar en serio lo que estos misterios han significado y significan para la humanidad. Muchas cosas han cambiado para bien desde que Jesucristo vino al mundo, pero ello no significa que la maldad, la traición y la mentira no sigan campeando a sus anchas. Sigue habiendo personas que son la encarnación del mal. Y no pensamos solamente en Hitler, un nefasto gobernante elegido democráticamente.

Hace algunas semanas se han celebrado elecciones en Rusia. Aunque hasta hace algún tiempo habíamos creído que había desaparecido la dictadura comunista tras la caída del muro de Berlín, hoy somos conscientes de que siguen vigentes las viejas tácticas dictatoriales, siendo prácticamente imposible cualquier relevo en el poder. El recientemente ‘fallecido’ opositor Navalny es uno de tantos ejemplos de las muertes provocadas por el tirano Putin. El presuntamente sabio pueblo ruso parece no inmutarse ante las muertes de cientos de miles de jóvenes soldados en una guerra absurda y sin sentido que está poniendo en serio peligro a la humanidad. 

Distinto, pero parecido, es el caso de Cuba, donde la gente se está muriendo de hambre, mientras sus oligarcas viven espléndidamente. ¿Sigue creyendo el pueblo cubano en las excelencias del comunismo o está aplastado por los dictadores? Pues bien, aunque parezca increíble, en España aún son millones los que creen en las excelencias del comunismo, formando parte del gobierno seguidores de esta ideología. ¿Va España camino de una dictadura o ya hemos empezado a entrar en ella? ¿Es consciente el pueblo español de la gravedad de la situación? Es innegable que la mentira y la traición están a la orden del día con tal de tener el poder. Visto lo visto ¿parece exagerado pensar que algún puede gobernante dispuesto a romper España, a regalar Ceuta y Melilla y las Canarias a Marruecos, a dejar en la ruina a los agricultores, a ahuyentar las inversiones extranjeras y nacionales, a fomentar una sociedad en la que los jóvenes no tengan futuro?

Nos alegramos de que mucha gente disfrute de las vacaciones, que la ocupación hostelera sea muy elevada, que los restaurantes no den abasto… pero, no nos engañemos ni nos dejemos llevar por la pendiente irreversible de una dictadura.
 

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