01/06/2024
 Actualizado a 01/06/2024
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Entre motas de polen bailarín y temperaturas que presagian la calidez del verano, llega el fin de curso, que para muchos es el fin de una larga etapa. Llega el momento de enfrentarse a la vida, aunque como aperitivo podamos dedicar el mes de julio a recorrer Europa en interrrail. 

Junio es mes de birretes al aire, revisiones, decimales, notas de corte y maratones de exámenes para acceder a la educación que deseamos. El próximo miércoles 5 de junio arrancan en Castilla y León las pruebas ordinarias de la Ebau y muchos estudiantes se hallan inmersos en la preparación de ese sprint final que los conducirá a la meta ambicionada. 

Siempre es buen momento para recordar a los responsables correctores que unas décimas pueden alejar a cualquier joven de la carrera ambicionada. La verdad es que juzgar conocimientos es una tarea ardua y de enorme responsabilidad, pues en sus manos está el futuro de cientos de personas que podrán alcanzar o no, los sueños ambicionados desde niños. 

Afortunadamente vivimos en una sociedad cada vez más justa, en la que quienes estudian y se esfuerzan, pueden aspirar a realizar los estudios que quieran gracias a las becas que otorga el Estado y gracias también al patrocinio de otras entidades que premian el mérito. Años atrás, si tu familia no podía costear tus estudios te veías abocado a un empleo digno pero que jamás sería algo acorde a tus expectativas. Y aunque quienes cuentan con apoyo económico por parte de sus familias siempre lo tienen más fácil, es cierto que en general todos tenemos más oportunidades.

La vida nunca es del todo justa, pero como sociedad, debemos vigilar siempre que quienes lo necesitan, tengan la oportunidad que merecen. Que nadie se quede atrás por una cuestión de euros, es una obligación de todo Estado de Derecho.

Dicho esto, solo queda dirigirse a los jóvenes que en breve se someterán al baremo, y decirles, como en los toros, que Dios (o la vida) repartan suerte.

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