Imagen Juan María García Campal

De mi «¡No es esto, no es esto!»

15/11/2023
 Actualizado a 15/11/2023
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«De ceniza me siento y de amargura». Qué mejor verso que este del maestro Crémer, en su poema ‘De ceniza’, ya citado en mi ‘La soledad del jacobino’ (11/11/20), para reflejar mi abatimiento ante el estado político y social de la Nación, del Estado.

Sí, ahora «Suena el tiempo a desalmado y roto» y con tristeza reconozco la vigencia de las antiguas palabras escritas por maestros, cuya lectura me vino y sigue haciendo, como, entre muchos otros, Giner de los Ríos cuando, en su ensayo ‘La juventud y el movimiento social’ (1902, dijo: «Cayó el antiguo régimen… proclamáronse sobre aquellas ruinas aparentes los principios que constituyen el derecho contemporáneo… Proyectáronse las bases de una renovación total… ¿Qué hicimos estos hombres nuevos?… Hemos afirmado principios en la legislación y hemos violado principios en la práctica… Hemos consignado la igualdad y erigido en ley universal el privilegio», u Ortega y Gasset cuando, el 9 de septiembre de 1931, en el diario ‘Crisol’ escribió (sustitúyase República por democracia): «Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron con el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos».

Sí, ante la triste vigencia de las citas anteriores y leídos los pactos suscritos por el PSOE, en especial con BNG, ERC, JUNTS y PNV, confieso que me siento «a corazón perdido entre la niebla», que «Me busco por la tierra y no me encuentro» como también verseó Crémer en el citado poema.

Y ¡no!, ¡no estoy abjurando de mis pensamiento y sentimiento izquierdistas y republicanos!, hechos públicos, una vez más y aquí mismo, la semana pasada. ¡No!, cómo separar de tales el rechazo a los privilegios reconocibles en dichos pactos. Cómo comprender la posible dación de derechos a territorios, cómo la igualación de unos objetos, los territorios, a unos sujetos, los ciudadanos. Cómo, como republicano, olvidar la experiencia de Manuel Azaña con los nacionalismos, el catalán en especial. No, no abjuro. Sólo, citando a Ortega y Gasset, digo que «no es esto, no es esto» lo que yo esperaba y deseo. ¡No!, porque si busco para mí y mis conciudadanos ¡Libertad, igualdad y fraternidad!, también lo hago, como durante años precedió dicho lema en la Francia de la Primera República (1793-1804), con y en la «Unidad e indivisibilidad de la República:», de la Nación, de mi Nación. Mas, ya saben, acaso sean cosas mías, ya algo gagá amén de jacobino.

¡Salud! Y buena semana hagamos y tengamos.

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