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Mi verano croata-esloveno

16/08/2024
 Actualizado a 16/08/2024
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Este verano he estado unos días en Croacia y Eslovenia y he descubierto trece grandes misterios. 1. Los croatas fuman a todas horas y tienen la paciencia del buey. El ferry que nos llevaba a una isla perdida en el Adriático se estropeó a mitad de camino. En vez de seis horas tardamos doce. El único mensaje que emitieron los altavoces fue: «Debido al retraso el agua es gratis». Yo perseguía a los marineros con la perseverancia de una periodista tras una exclusiva: qué pasa, cuánto tiempo estaremos parados en el mar, y si se hace de noche, ¿qué? Los marineros se encogían de hombros, todo se arreglará. ¿Qué sucedió en las seis horas de parón? Noventa por cierto de los pasajeros croatas, ni uno solo protestó. La gente empezó a beber vino blanco y a cantar sones croatas. Los pasajeros se agarraban de la cintura y se mecían con las olas. Todos con una sonrisa (y una copa) en la mano. 2. El paisaje del sur de Croacia es muy mediterráneo, olivo, encina, romero, pino alepo. 3. El carácter croata, sin embargo, es poco mediterráneo o quizá sea mediterráneo pasado por la sangre eslava y cuarenta años de comunismo. 4. Las aguas del Adriático son calmas y transparentes, sin olas. 5. Trogir tiene una catedral románica que ya apunta al gótico, un casco antiguo de piedra, palacios de aire veneciano, y sus playas están tan pobladas como las de Benidorm. 6. De allí es Igor, un señor mayor que conocimos al atardecer en una cala, nos dijo que vivía en Fráncfort, pero tenía en Trogir la casa de sus padres, que cuando la construyeron no había nada alrededor (la historia de toda nuestra costa mediterránea), que su tío luchó en la Guerra Civil española, que nos prestaba su barca si queríamos pescar y acabó sacándonos una bandejina con orujo casero, queso y aceitunas que nos tomamos los tres en la playa en bañador contemplando la puesta de sol. 7. Del sur de Croacia al norte hay varios grados centígrados de diferencia y varios tonos de color, del ocre al verde profundo. 8. Los bosques de haya de Croacia y de Eslovenia son eternos y en ellos habitan osos, urogallos, linces boreales. 9. El guardabosques de uno de los parques naturales nos dejó pasar gratis y nos invitó a una cerveza. En la espesura aullaban los lobos. 10. En los ríos se nada y se pesca el tímalo, un pez plateado de barriga amarilla y aleta dorsal arcoíris. 11. En la frontera entre Croacia y Eslovenia comimos en el jardín de un hotelito, donde el camarero hablaba todos los idiomas, había vivido en la Cuba comunista y doblaba las servilletas en forma de cisne. 12. Zagreb me recordaba a ratos a Berlín del este, a ratos a Viena. 13. Cuando dejamos atrás nuestro verano croata-esloveno, lo hicimos con pena y con la decisión de volver. 

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