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Miradas y sonrisas

08/06/2024
 Actualizado a 08/06/2024
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Ya lo dijo en su día el poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer: «Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; / por un beso… ¡Yo no sé / qué te diera por un beso!». La sonrisa y la mirada son armas inmemoriales de seducción masiva. Los ojos y la boca nos permiten expresar emociones más allá de las palabras, pero además de seducir, que no es poco, también son fuente de salud mental y física. 

Es fundamental para cualquier ser humano que vive en sociedad, poder ver sin obstáculos, para aprender, para observar, para comunicarse. También debería estar garantizado por ley que todos los ciudadanos pudiésemos tener una boca sana y cuidada, para poder sonreír, pero sobre todo para poder masticar y asegurarnos así una buena salud digestiva y oral. 

Parecen dos derechos básicos, pero uno de cada tres españoles no puede permitirse unas gafas o lentillas con las que poder mirar el mundo. Y si recabamos datos estadísticos en torno a la salud bucodental, el 9,25 % de los españoles no puede permitirse acudir al dentista. Probablemente, si nos centrásemos en los costes de muchos tratamientos odontológicos, el porcentaje de quienes no pueden arreglar sus piezas dentales sería mucho más elevado.

Esta carencia de recursos supone un problema de salud muy grave, pues solo existen en España 960 dentistas públicos para 47 millones de habitantes. El 36 % de las personas que antes de la pandemia iban al odontólogo ha dejado de hacerlo por problemas económicos. 

Por supuesto, resulta evidente que el Estado no puede costear todos los tratamientos, pero sí debería darse prioridad a niños y jóvenes (esto ya es un hecho), a enfermos y ancianos y a familias vulnerables. La ortodoncia se ha vuelto un artículo de lujo y muchos padres no pueden asumir gastos tan elevados estando como está el precio de la vivienda o el de los hidrocarburos.

Hagan números, por favor, para que podamos verlos, y sonriamos.

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